El lunes 2 de enero comenzó el juicio a Máximo Pablo Thomsen; Ciro Pertossi; Enzo Comelli; Matías Franco Benicelli; Blas Cinalli; Ayrton Michael Viollaz; Lucas Fidel Pertossi y Luciano Pertossi; los ocho rugbiers acusados del asesinato de Fernando Báez Sosa a la salida de un boliche en Villa Gesell, donde la víctima se encontraba vacacionando con su novia y sus amigos.
En el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de la ciudad de Dolores, a los ocho rugbiers se los acusa bajo los cargos de “homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas” y también por “lesiones leves”, imputaciones que prevén una condena de prisión perpetua.
Hoy, martes 3 de enero, se ha conocido que Julieta, novia de Fernando, no prestará declaración. Acorde al abogado Fernando Burlando, que se encuentra actuando en defensa de la familia, “no se encuentra en condiciones”. Su familia agregó que: "No esta emocionalmente preparada para el juicio".
Este martes el primero en declarar ante los jueces María Claudia Castro, Christian Rabaia y Emiliano Lázzari, será su padre, el suegro de Fernando, Alejandro Rossi. Luego lo harán los diez amigos de la víctima que veraneaban junto a él en Gesell, muchos de los cuales también fueron agredidos por los acusados.
Por las agresiones que sufrieron al menos cinco de ellos (Ignacio Vaudagna, Juan Manuel Pereyra Rozas, Juan Bautista Besuzzo, Lucas Begide y Tomás Agustín D 'Alessandro), los rugbiers están imputados por el delito de "lesiones leves", que se suma a la acusación principal del juicio.
En el comienzo de su testimonio, Santiago Corbo, uno de los amigos de la víctima, relató los minutos previos dentro del boliche. Al salir de Le Brique, el boliche, contó, Fernando se cruzó a comprar un helado y luego llegaron los gritos y el tumulto.
"Veo un chico de ojos medio achinados y pelo lacio, que decía 'es ahora, es ahora'”, sostuvo en la delaclaracón donde refiere como agresor a Ayrton Violaz.
Una de las declaraciones más fuertes de este día fue la de uno de los amigos de la víctima, Juan Bautista Besuzzo, quien alegó que, luego del ataque, Fernando estaba tapado con mantas.
"No media la gravedad de lo que estaba pasando. A Fer lo acariciaba y le decía 'amigo, vas a estar bien, tranquilo'. Fer no respondía. En mi cabeza añoraba la posibilidad de que estuviese escuchándome. El ultimo recuerdo que tengo suyo es arrodillado con un masculino pegándole en la cara", declaró el joven, y agregó: "No fue una pelea, fue una especie de emboscada".