Bestia: mujer regenteaba un prostíbulo y sus pequeños hijos vivían en condiciones infrahumanas

En el mundo de las cárceles a los sospechosos o culpables de haber cometido los delitos más aberrantes y, muchas veces, contra víctimas indefensas, los mandan a la “Leonera”. Quienes pasaron por algún penal afirman que es el peor lugar para purgar una condena o esperar el juicio, a los que van a parar a la "Leonera" ni los delincuentes los quieren, son de la peor calaña.

Es de esperar que en esta ocasión el infierno tenga las puertas abiertas y cupo para recibir a una pareja de quien se sospecha regenteaba un prostíbulo en Morón. Además, las bestias, les habrían dado un trato desalmado a tres niños de 4, 5 y 6 años. Las tres criaturas nacidas del vientre de la presunta madama.

Trata de personas

La investigación que llevó adelante la UFI Nro. 9 de Morón, a cargo del Dr. Ernesto Ezequiel Lovillo, se inició por una denuncia que alertó sobre un posible caso de trata de personas.

La fiscalía encargó las pesquisas a la Dirección de Investigaciones de Trata de Personas y Operaciones Complejas de la Superintendencia de Investigaciones de Delitos Complejos y Crimen Organizado de la Policía de la Provincia de Buenos Aires.

El personal policial inició la vigilancia, realizó seguimientos y una serie de tareas encubiertas sobre una vivienda ubicada en la calle Pola al 1900, en Morón. Producto de estas actuaciones los investigadores descubrieron que una pareja captaba mujeres para prostituirlas a través de las redes sociales.

En los avisos ofrecían trabajo de mozas en locales gastronómicos de la zona de Morón y alrededores, pero eran un fraude. Cuando las víctimas se presentaban a la entrevista que realizaba Antonella Pascualeti, la presunta madama, esta les decía que el puesto ya no estaba disponible y les ofrecía ejercer la prostitución por una buena paga semanal, algo que no ocurría, por lo que las mujeres terminaban esclavizadas.  

Aquellas que aceptaban ofrecer servicios sexuales para sobrevivir, antes debían cumplir con un requisito esencial: tener sexo con el otro regente y seguridad del prostíbulo, además pareja de Pascualeti, identificado como Pablo Daniel Daloi.

Con las pruebas recopiladas por el personal policial, el Fiscal Lovillo solicitó al Juzgado de Garantías Nro. 6, a cargo de la Dra. Marianela Tschiffely, la orden de allanamiento que se concretó en las últimas horas.

El operativo

Los uniformados irrumpieron en la vivienda de la calle Pola, a metros de Don Bosco, donde encontraron y detuvieron a los sospechosos: Pablo Daniel Daloi, de 33 años, y Antonella Pascualeti, de 36.

Al momento de realizar el procedimiento, el personal policial encontró a cuatro mujeres que habrían sido obligadas a prostituirse y una de ellas estaba con un cliente que había pagado por el servicio sexual un rato antes.

En el domicilio intervenido los numerarios secuestraron 510 preservativos, varios teléfonos celulares y un cuaderno donde registraban la contabilidad informal del prostíbulo. Además, juguetes sexuales y lencería erótica, entre otros objetos importantes para la causa.

El horror

Mientras se llevaba adelante el allanamiento ordenado por la Justicia de Morón, el personal policial escuchó voces y llantos infantiles fuera de las habitaciones que se estaban requisando, pero en la misma propiedad. En la búsqueda del origen de los sonidos, los uniformados llegaron hasta la terraza de la vivienda y allí se toparon con el horror.

En un galpón a oscuras, que no contaba con luz artificial ni ventanas y estaba clausurado con candado, la policía halló a las criaturas de 4, 5, y 6 años. Los pequeños estaban hacinados, en total estado de abandono y rodeados de comida en estado de descomposición tirada en el suelo.

Los uniformados que encontraron a los chicos, que serían hijos de Antonella Pascualeti, confesaron que no pudieron contener las lágrimas.

“Los niños estaban encerrados en un galpón ubicado en la terraza de la casa de dos plantas”, relató un investigador. “Al ingresar el personal policial, los chicos se pusieron a llorar y no querían salir al exterior, la luz les lastimaba los ojos, tenían mucho miedo y estaban en total estado de abandono. Es de suponer que hacía mucho tiempo vivían así”, sostuvo el informante.

De inmediato representantes de la Justicia convocaron al Servicio Zonal de Promoción y Protección de Derechos del Niño de Morón, quienes alojaron a los menores en un hogar para su contención y recuperación.