¡Arde La Matanza! Entraron a la casa, la torturaron y la mataron para robarle

Alrededor de las 5 am los teléfonos celulares despertaron a los vecinos de Alejandra Massó, una enfermera jubilada de 74 años.

"En la casa de Alejandra se escuchan ruidos extraños y los perros no dejan de ladrar", informó Claudia, la vecina de al lado en el grupo de WhatsApp del vecindario. "¿Alguien puede asomarse?", preguntó casi pidiendo.

Varios lugareños se acercaron, pero a pesar de tocar el timbre, llamar a su teléfono y gritar su nombre, Alejandra no respondió.

Claudia, que tenía la llave de la casa de la enfermera, decidió entrar acompañada por un vecino. El interior de la finca estaba desordenado, cajones abiertos y cosas tiradas en el piso, los recién llegados, asustados, se imaginaron lo peor cuando la amiga no les respondió.

Alejandra era viuda hace algunos años y no tenía hijos, su única familia eran unas sobrinas domiciliadas en Ciudad de Buenos Aires. Alejandra estaba jubilada pero cuando los vecinos lo solicitaban mostraba sus conocimientos de enfermería.

Antes de las 7 los agentes del Comando de Patrullas se presentaron en el domicilio ubicado en la calle La Yareta, entre El Gualacate y El Copetón, en Ciudad Evita, partido de La Matanza.

Los efectivos certificaron aquello que los vecinos habían denunciado y llamaron con urgencia a la Policía científica.

“Estaba muy golpeada y atada de pies y manos”, informaron voceros policiales. “Tenía quemaduras en las manos y presentaba signos de ahorcamiento, pero hay que aguardar los resultados de la operación de autopsia para confirmar los causales de muerte”, detallaron los informantes.

Los investigadores no pudieron confirmar la manera en que los asesinos ingresaron a la vivienda. “No se encontraron aberturas forzadas, los delincuentes son dos y fueron captados por la cámara de seguridad de un vecino”, aseguraron. “Falta el IPhone de la víctima, pero en el garaje quedó su Chevrolet Agile. No sabemos si lo dejaron porque no encontraron las llaves o porque no les interesaba”, agregaron los pesquisas.

A pesar que en el barrio está instalada una alarma vecinal, nadie detectó los movimientos de los hampones. “Hace menos de un mes ocurrió lo mismo a una amiga de Alejandra que vive a solo una cuadra, también la golpearon con saña y la amenazaron con quemarle la mano y cortarla”, dijo una conmovida mujer.

En la causa interviene la fiscalía de Homicidios a cargo del Dr. Gastón Duplaa.