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Cronos Noticias » En Foco » 30 oct 2022 09:00

El escenario bonaerense

La Provincia busca mayor volumen político para 2023

En la Legislatura ya esperan la aprobación final del Presupuesto nacional para largar la discusión en la Provincia.


  • La Provincia busca mayor volumen político para 2023

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Si bien en los tres años de gestión de Axel Kicillof, el gobernador siempre pudo contar con esa herramienta, este tramo final de año puede resultar especial porque es la previa a un año electoral. Y se sabe, cuando en el horizonte la pelea pasa por seducir a los votantes todas las variables pueden distorsionarse.

También comenzará la danza de intendentes, propios y ajenos, que harán lobby en el palacio parlamentario para conseguir las obras necesarias para sus distritos, un elemento de presión histórico sobre los legisladores. Es que Kicillof aprovechó este tiempo de impasse para cultivar relaciones directas con los alcaldes del Interior sobre todo, una carta que puede jugar a la hora de las negociaciones.

En el medio de esta discusión, no menor porque de ella dependerá el futuro año de todos los bonaerenses, también está la discusión sobre la suspensión de las PASO, tema que parecía haber quedado fuera de agenda, pero que retornó con más fuerza, al compás de la interna caliente del Frente de Todos.

Es que si se derogan las primarias, el ordenamiento electoral deberá ser a partir de las negociaciones que puedan surgir dentro de cada fuerza política, y dentro de cada una de las coaliciones, tanto en el FdT como en Juntos, incluso en los libertarios de Javier Milei y José Luis Espert.

En la Provincia, de darse ese escenario por ahora imaginario, el elemento ordenador más importante sería la figura de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, y por consiguiente, la lapicera la tendría su hijo Máximo, en calidad de titular del PJ.

De no mediar grandes cambios en la situación económica, todo indicaría que la suerte del FdT en el Gobierno nacional estaría echada, y desde algunos sectores, sobre todo el kirchnerismo, apuestan a retener la Provincia, como un bastión de resistencia ante la inminente caída electoral.

En 2015 cuando perdieron las elecciones nacionales y las bonaerenses con María Eugenia Vidal, el territorio que cobijó a más de un funcionario saliente fue La Matanza, corazón del peronismo clásico.

Hoy, ante los números que aportan algunas encuestas, los laboratorios del oficialismo ya están ensayando varias fórmulas para minimizar pérdidas, y lograr retener no sólo la Provincia, sino la mayor cantidad de municipios, sobre todo en el Interior bonaerense, donde los representantes del oficialismo gobernante la tienen más difícil.

Por el contrario, para la oposición de Juntos la derogación de las PASO sería un dolor de cabeza, sobre todo para los dirigentes amarillos del PRO, que necesitan ordenar su propia interna, que hoy parece desbordada. Y más allá de la figura del expresidente Mauricio Macri, no parece haber un claro liderazgo que pueda oficiar de árbitro, como sí lo puede hacer CFK en el peronismo.

Es que cuanto más crece la figura de Patricia Bullrich, más se desdibuja la de Horacio Rodríguez Larreta, quien hoy parece tener más aliados fuera del PRO (léase UCR y Coalición Cívica), que dentro del mismo. Y mientras más se endurece el discurso de los halcones, que los acerca a los libertarios, las posiciones más razonables del alcalde porteño más lo acercan al resto de Juntos por el Cambio.

Por el contrario, para los radicales las PASO que les sirvió para reposicionarse en 2021 con la irrupción de Facundo Manes, hoy podría significar un arma de doble filo. Un escenario de negociación, con la amenaza de ruptura como telón de fondo, sería mucho más provechoso para el centenario partido. Es que todavía los pesos pesados que el partido amarillo pone en cancha (Diego Santilli entre otros), son más que los que pueda aportar el radicalismo, con el médico neurocirujano casi como el único y exclusivo ariete con capacidad de daño.

Para el 2023 una discusión relevante en el arco opositor será como conformar los dispositivos internos, porque en la vida política no es solo ganar una elección. Después hay que gobernar.

El almanaque electoral se vislumbra difícil para el oficialismo. Y en la Provincia, claramente Kicillof necesita a los intendentes oficialistas como área de construcción militante ante la necesidad de privilegiar lo territorial bajo la coordinación del jefe de Gabinete, Martin Insaurralde.

La promesa gubernamental a los alcaldes municipales pasa por la disponibilidad de fondos frescos, tanto para lo que refiere a contención alimentaria en el Gran Buenos Aires como así también acelerar la construcción de viviendas y obras de infraestructura durante el año que viene.

En el oficialismo comienza a inquietar la ausencia de una fuerte oferta electoral para la presidencia de la Nación. Por ahora, todos los caminos indican que el objetivo político pasa por “garantizar la continuidad” de Kicillof en la PBA.

“Nuestro desafío fundamental es trabajar por la recuperación de los salarios y de los ingresos de los sectores populares”, afirmó el gobernador durante una mateada vecinal en un parque de Olavarría, buscando gambetear la coyuntura inflacionaria utilizando un lenguaje más peronista.

“No podemos dejar que se nos escape la elección 2023 en la Provincia. El problema central para la gestión de Alberto Fernández es la inflación y a medida que la Casa Rosada no lo puede solucionar pierde adhesiones”, dicen voces oficialistas de la provincia.

“Nuestras políticas tienen que traer como resultado justicia social. Gobernar es generar trabajo, teniendo en cuenta las consecuencias de la pandemia sanitaria y para que no se detenga este proceso de recuperación económica después de los 4 años de pandemia macrista”, afirman en despachos ministeriales de calle 6, en obvia alusión al período de gobierno de Juntos.

Por Ricardo Salas

Fuente: lanueva.com

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