Piedrazos y tiros: destruyeron un centro para niños en Parque Avellaneda

En la intersección de las calles White y Zuviría, funciona el comedor y Centro de Primera Infancia (CPI) "La Tortuga Manuelita", y en las últimas horas del lunes se transformó en un campo de batalla.

Según denunciaron los encargados del establecimiento, ingresaron al menos 10 sujetos encapuchados, con palos y armas de fuego, y lo destrozaron por completo. “A la institución asisten cada jornada 180 chicos y se entregan 1300 viandas por día”, informaron los responsables del CPI. “Hoy martes no pudimos abrir porque el lugar no está en condiciones”, agregaron.

El grupo sindicado como agresor, dio una versión distinta sobre lo ocurrido. “Fueron ellos los que agredieron, desde adentro de Manuelita comenzaron a disparar para matar a alguien”, comentó una mujer.

Un joven que se encontraba en la esquina del lugar y recibió dos balazos, relató una posible explicación del porque se inició el brutal enfrentamiento. “Nosotros les pedimos laburo porque ellos hace muchos años vienen manejando la política del barrio. El cable lo ponen ilegalmente y lo cobran a todos los vecinos. Cuando solicitamos trabajo, empezó el problema”, explicó el muchacho.

“El que disparó es el hijo de Juan Páez, quien es el presidente de la villa. Ellos manejan todo, dicen que le dan la comida a la gente y se llevan la comida”, denunció.

Páez y su familia se defendieron de las acusaciones y denunciaron a los sindicados como agresores. “Presido la junta vecinal que se eligió democráticamente, todos los que viven acá y se empadronaron, pueden votar a su representante”, explicó el hombre.

“Los balazos se los dieron ellos mismos, robaron dinero que había en el CPI y después se pelearon entre ellos”, aseguró Páez. “Se llevaron 800 mil pesos que era para abonar el sueldo de las maestras de la institución”, denunció.

“El servicio de cable e internet, como en muchos barrios carenciados, funcionan como una cooperativa. El hijo de Páez es quien vende el servicio de conexión”, afirmó un vecino.

“Los que rompieron el comedor son narcos y se quieren apoderar del barrio, buscan que esto se transforme en (la ciudad de) Rosario”, indicó Páez. “Hasta quieren cobrar por ‘protección’, que en realidad es un chantaje”, agregó.

“A ellos les sirve tener a los pibes tirados en la esquina vendiendo droga”, señaló una mujer que sería familiar de Páez y trabaja en el comedor. “Cuando estábamos entregando las viandas me robaron el teléfono celular, me golpearon y rompieron por completo el auto de mi hija”, dijo recordando lo que se vivió la noche anterior.

"Son narcos que quieren copar barrio. No quieren que estemos en algunas zonas, quieren ser ellos los dueños" declaró otra referente del comedor.

Algunos vecinos que quedaron en medio de la disputa barrial, denunciaron que llamaron a la Policía y que esta liberó la zona. “Un móvil pasó por la zona y cuando comenzó la pelea lo echaron a piedrazos, se fueron y no volvieron nunca”, dijo un hombre indignado. “No nos brindan seguridad la Policía ni el Gobierno de la Ciudad. Anoche liberaron la zona dos horas y acá pasó de todo”, detalló.

Según un parte oficial del sistema de salud de la Ciudad de Buenos Aires, en los centros sanitarios de la zona se atendieron a siete personas heridas por los enfrentamientos.