¿Quién se hace cargo? Brutal represión durante el partido del Lobo vs Boca

La noche negra del Bosque platense tuvo de todo; antes, durante y después, de la fiesta que no fue. La crónica deportiva afirma que no se pudo calificar a los jugadores y al partido porque el encuentro sólo duró 9 minutos, en cambio, las secciones policiales y política, tienen mucho para contar y analizar.

La víctima y el ridículo “Parte de situación”

La noticia que nadie quería oír pero todos imaginaban que se podía dar, solo mirando la televisión, se confirmó alrededor de las 23: había un fallecido. La víctima se llamaba César Gustavo ‘Lolo’ Regueiro, un empleado municipal, de 57 años.

El hombre que supo jugar en el club Villa San Carlos y en Tolosano de la Liga Amateur Platense, habría muerto mientras era trasladado en ambulancia al Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA) General José de San Martín, ubicado en las calles 1 y 70, de La Plata.

Las primeras informaciones dejaron trascender que Regueiro había fallecido por un paro cardíaco, mientras algunos familiares y testigos denunciaron que, en un primer momento, al hombre se le habría negado la atención y traslado al nosocomio. Pocas horas después se aseguró que la afección que provocó el deceso, no fue traumática. Hay que aguardar los resultados de la operación de autopsia que encargará el Ministerio Público Fiscal, a una fuerza distinta a la bonaerense.

En los primeros minutos del viernes, después que el Intendente Julio Garro destacó en sus redes sociales el buen trabajo del sistema de asistencia sanitaria de La Plata, los medios recibieron un “Parte de situación” de los hospitales de la ciudad.

El comunicado detalla que hubo un trabajo conjunto del SAME platense, la Cruz Roja y Defensa Civil, quienes derivaron a 6 heridos leves al HIGA San Martín, y 2 al Hospital Rossi. De estos últimos, uno herido con una posta de goma y otro con un golpe en el maxilar producto de un piedrazo.

El parte oficial no da cuenta sobre las criaturas que fueron llevadas al hospital de niños o clínicas privadas, para ser atendidas por los malestares respiratorios y oculares, provocados por los gases lacrimógenos. Lo mismo se puede decir sobre los miles de adultos que concurrieron por sus propios medios a otros nosocomios, y otros tantos que decidieron no recibir atención.

El Parte de situación no resiste análisis si se lo compara con las imágenes de televisión.

Tomala vos, no me la des a mí

Mientras los ecos de los balazos aún se escuchaban por todo el bosque, las voces de ‘Los Sospechosos de siempre’ comenzaron a sonar más fuerte para sacarse las culpas de encima. Así desfilaron por diferentes micrófonos el Ministro de teflón, Sergio Berni, el titular del Aprevide, Eduardo Aparicio, y el presidente de Gimnasia y Esgrima de La Plata, Gabriel Pellegrino.

El Ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, llegó en helicóptero alrededor de la medianoche. En mangas de camisa y con corbata al tono, una hora antes estaba listo para saltar al plató de un canal de noticias, enfrentó a los periodistas con su soberbia habitual, pero, llamativamente, sin gritar.

“Hoy había 350 policías, los contratados. Pero venden más entradas, y qué pasa, cuando tienen que controlar las entradas, se quedan sin internet, y empiezan los empujones y nadie se hace responsable. Siempre hay una cuerda que se corta y esa es la policía. Yo voy a hacer la denuncia penal que corresponde. Se va a investigar todo, no tengan duda”, aseguró el funcionario.

El señor ministro parece haber olvidado que depende de su cartera, a través del Aprevide, el control y autorización de cuantos tickets se pueden vender para cada partido que se disputa en la provincia de Buenos Aires.

Sobre el enardecido uniformado que baleó a quemarropa al camarógrafo de TyC Sport, Fernando Rivero, Berni dijo: “El policía tiene una responsabilidad penal y deberá responder por el accionar que tomó. Ningún policía puede tirar de manera directa a un cuerpo, y si lo hizo deberá responder. Eso lo determinará la investigación”.

“Hay una responsabilidad, porque es una muerte que se podía haber evitado, ahora la justicia está trabajando. Hay un responsable que tendrá que rendir cuentas. Si bien el paciente se descompensó, es una muerte que podía haberse evitado con todo el entorno que sufrió alrededor de esta situación desagradable”, sostuvo Berni al ser consultado sobre la muerte del hincha del Lobo.

El operativo que llevó adelante la Policía bonaerense en el Estadio Juan Carmelo Zerillo, fue el primero que llevó adelante Sebastián Perea, nuevamente Jefe de la Departamental de la Policía de La Plata desde el último miércoles. El oficial, de larga experiencia en seccionales y jefaturas distritales de la capital provincial, volvió a ocupar el puesto que tuvo entre abril de 2019 y mayo de 2020, momento en que fue designado como director provincial de la Plantas Verificadoras.

¿Quién diagramó la seguridad del evento? ¿Quién dio la orden de reprimir de manera brutal y porque no se detuvo? ¿Quién dio la orden de cerrar las puertas y tirar gases lacrimógenos? ¿En las próximas horas podría haber movimientos en la Jefatura departamental? ¿Cómo podrían reaccionar los subalternos? Son algunas preguntas que Sergio Berni debería responder en las próximas horas.

No comenzó bien la semana para el ministro, en la madrugada del último martes dos efectivos del Grupo de Prevención Motorizado (GPM) de Ezeiza, fallecieron luego de impactar con el vehículo oficial contra el guardarraíl a la altura del km. 33 de la Ruta Nacional Nro. 3, en la localidad de Virrey del Pino. El lamentable suceso despertó la ira de la tropa policial y, compañeros de los efectivos, protestaron en la puerta de la Municipalidad de Ezeiza.

Los uniformados denunciaron que Daniel Ramírez y Osvaldo López, murieron porque los superiores los obligaron a cumplir largas jornadas laborales, de hasta 48 horas, sin otorgarles descanso. Afirmaron que esta situación se replica en varias jurisdicciones, y en las redes sociales manejadas por hombres de la fuerza muchos pidieron acuartelarse.

Eduardo Aparicio es el titular de la Aprevide, Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte, y también es responsable del desastre que ocurrió en la noche del bosque.

El Aprevide es el organismo que semana a semana decide si en un estadio se puede jugar o no, si está en condiciones de recibir partidos de gran magnitud, el que pide alambrados más altos y más largos y cámaras de seguridad, También decide cuantos uniformados participarán en cada partido y cómo serán los operativos de seguridad.

Horas antes de los partidos recorren las instalaciones de los clubes, revisan cada picaporte y candado, llenan las calles de vallas, sacan encendedores y paraguas durante la tormenta de Santa Rosa. “Porque el hincha se enloquece y esos son objetos contundentes”, se los escuchó decir, mientras las barras bravas entran con lo que se les plazca, incluidas bengalas marítimas.

Este es el Aprevide que, en la tarde del jueves y antes del partido, no detectó una escalera de cuatro metros que los hinchas usaron para entrar a la platea René Favaloro. Es el mismo Aprevide que, ante su inoperancia, clausura los estadios que horas antes había habilitado.

El organismo que conduce Eduardo Aparicio, y él mismo, deben agradecer que los hinchas de Gimnasia son civilizados porque se pudo haber revivido la Tragedia de la Puerta 12 o la de Heysel, en 1985, en Bélgica. Señor Aparicio, hágase un favor, échese y no pida indemnización.

Gabriel Pellegrino, presidente de Gimnasia y Esgrima de La Plata, declaró acertadamente que lo ocurrido fue culpa de la policía y que el club paga por un servicio de seguridad que, otra vez, el jueves por la noche se brindó mal.

Pero Pellegrino debe asumir lo que le toca, la capacidad del estadio Carmelo Zerillo estaba sobrepasada. ¿Entradas de protocolo, colados, entradas y carnets falsos? La Justicia deberá determinar porque algunos miles de hinchas se quedaron afuera con la entrada en la mano. Pero es responsabilidad del presidente que los empleados del club que conduce, controlen la validez de cada ticket y carnet de los espectadores que ingresan al Bosque.

La AFA y la Superliga

El fútbol argentino tiene un torneo muy peculiar, es el único en el mundo en que participan 28 equipos y juegan todos contra todos. Cada fin de semana, en cuatro días, se disputan 14 partidos, la próxima fecha 9 de ellos serán en la región AMBA.

Y no se contabilizan los de las otras categorías.

Hasta que el desastre ya no se pudo ocultar, muchos periodistas dedicados al deporte solo se mostraron interesados en saber cuándo se iba a jugar el partido suspendido. Que no hay fechas, que el Mundial, que la Copa Argentina, etc.

La preocupación era legítima, para ellos, que viven de las transmisiones y las polémicas que generan, también para sus jefes que pagan por tener los partidos en exclusiva. Nobleza obliga, hay que remarcar que aún no se conocía la noticia sobre la muerte de César Regueiro.

Se ignoraba la luctuosa pérdida, pero ellos mismos pusieron en pantalla a niños aterrados y abrazados a sus padres que no sabían cómo sacarlos de la barbarie ni cómo protegerlos de los gases. Vieron a personas de edad avanzada agarradas al alambrado, con la cara roja y descompuesta. También a jóvenes que no pudieron traspasar los portones cerrados y eligieron saltar a la cancha para escapar de la intoxicación.

A pesar del horror que saltaba de la pantalla mientras ellos hablaban en off, lo importante era saber cuándo se iba a jugar. Porque tampoco les interesó la salud de los jugadores.