El manto de realidad pesa cada día un poco más. Las proyecciones matemáticas, políticas y al azar no traen buenas noticias. Pese al plan de “poner plata” en el bolsillo de la gente y al congelamiento de precios para frenar la inflación, los mejores augurios indican que el Frente de Todos en la Provincia de Buenos Aires perderá las elecciones del 14 de noviembre. El escenario real.
La novedad no es tan así, desde el cachetazo recibido en las PASO de septiembre, casi ninguno se animó a hablar en serio sobre revertir el resultado en noviembre. Los pocos, soñaron con una ucronía donde el oficialismo, cual partido de fútbol con garra y pasión, lo de vuelta y se consagre con el triunfo sobre la hora. La esperanza es lo último que se pierde.
Lo cierto es que esta semana, desde las principales usinas del Frente de Todos en la Casa Rosada y la Gobernación bonaerense comenzaron a desglosar el escenario de achicar la diferencia y “perder ganando”, una especie de derrota digna, mote que se popularizó gracias a Los Pumas. “En la Provincia se va a descontar la diferencia”, apuntó –esperanzada- la exministra de Gobierno de Kicillof, Teresa García, quien también es candidata a senadora bonaerense y una conocedora del terreno político bonaerense. “Hay que ser realistas, enfocarse la gestión, solucionarle los problemas de la gente y tratar de achicar los números”, reflexionan en los despachos de Calle 6 en La Plata. Un manto de realismo, pero que no deja pasar la disputa en las ocho Secciones Electorales que tiene que encarar el Gobernador para la conformación de la Legislatura desde diciembre. Descontar en el Senado, para que Juntos no siga siendo mayoría con quorum propio, es el objetivo y ahí hay batallas que hay dar posición por posición. La táctica defensiva.
“Creo que perdemos por siete”, “la diferencia va a ser más grande que en las PASO”, “no llegamos, seguimos con la misma lógica para adentro”, son algunas de las frases que sueltan diputados y senadores del Frente de Todos en la Legislatura bonaerense. La espera de la derrota “segura” alista el terreno para lo que será, casi sin dudas, el estallido de las internas del oficialismo. Por lo bajo, más de un referente territorial con despacho en el palacio legislativo en La Plata, avisa que “el pase de facturas” será “después del 14 de noviembre. No sería de extrañar, la mala tradición de la política argentina muestra que en la victoria están todos callados y arriba del carro, pero en la derrota es cuando se “sacan los trapitos al sol”. Viejas costumbres.
Es que la dura e inesperada derrota en las PASO y la intervención de los Gabinetes en Nación y Provincia -para muchos- generó una herida difícil de sanar adentro del Frente de Todos. En La Plata, los recelos hacia Martín Insaurralde y su juego propio como Jefe de Gabinete, crecen a medida que la convivencia suma días. Se trata de disputa de poder y más allá de que ahora se lo niegue, el trasfondo es el 2023: para Kicillof, para Máxima Kirchner y su alianza con el hombre de Lomas de Zamora. Mientras tanto, más de uno avisa que La Cámpora y los intendentes “mandaron a contar boleta”: teléfono para Victoria Tolosa Paz. Así es el juego de poder. La pregunta recae en ¿quién será la cara de una nueva derrota electoral? La estrategia de “perder ganando” o “ganar perdiendo por menos”, anticipa que los costos ya se pagaron con la derrota en las PASO y las intervenciones de los Gabinetes. Las peleas subterráneas.
Por el otro lado de la grieta, en Juntos mantienen la cautela. Aprendieron su lección en las PASO. Hasta las 18 de ese domingo deslizaban que perdían, para luego encontrarse con una victoria que les cayó del cielo. Desde las usinas de Diego Santilli dejan trascender que “las últimas encuestas que llegaron al comando muestran un escenario similar al de las PASO”. Sin embargo, reconocen que el Frente de Todos “recupera la diferencia”. El plan es obviamente contrario a su rival en la Grieta: sumar para retener el poder en el Senado y tener más bancas en Diputados bonaerenses. Para lograr esto, Santilli alista recorridas en la Cuarta y Séptima Sección con su compañero radical Facundo Manes y la semana que viene la Quinta Sección, Conurbano para cerrar su campaña en La Plata. El plan de cuidar los votos.
Desde La Plata avisan que la agenda es “buscar a aquellos” que votaron al Frente de Todos en 2019 y ahora no y también a los que “no fueron a votar o votaron en blanco por enojo”. “Menos medios y mas calle. Mas recorridas, más escuchar a la gente”, adelantaron. El 14 de noviembre se conocerá el veredicto final de este año electoral. Salvo una contingencia extrema, el escenario parece que ya está diagramado. El día después, no solo comenzarán las internas y la disputa por el 2023, sino para Kicillof y su gobierno, comienza la etapa del discusión del Presupuesto y Ley Impositiva del año que viene, los cargos que Insaurralde les prometió a la oposición y la conformación de autoridades en la Legislatura bonaerense.
Por Juan Alfaro (ALFA)