Sánchez contó cuáles van a ser sus ejes al frente del Colegio de Abogados de La Plata

La presidenta del Colegio de Abogacía de La Plata, Rosario Sánchez, habló con CRONOS sobre los principales desafíos de su gestión. Con el 37,51% de los votos, la lista "Pluralismo y Participación" se quedó con las elecciones. Así, se convirtió en la primera mujer en liderar dicha institución. "Claramente a las mujeres no se nos brindan las mismas posibilidades que a los hombres", dijo. 

¿Cuáles son tus proyecciones a futuro?

Lo primero que hicimos es llamarlo Colegio de la Abogacía, en vez de Colegio de Abogados. El lenguaje limita, se refiere solo a los hombres y en verdad nosotros propugnamos, una de las cosas, la integralidad, el tema de ser inclusivos, incorporar a los géneros, diversidades, disidencias. Una de las primeras cosas que hicimos fue generar el cambio de nombre como Colegio de la Abogacía, que fue aprobado por unanimidad en el primer Consejo Directivo. Eso ya nos marca una impronta. 

¿Están trabajando en acciones con perspectiva de género?

Tenemos todo un plan de trabajo que es transversal, para adentro y fuera de la institución. Conformamos el Consejo de Articulación de políticas de géneros, diversidades y disidencias, que ya hemos tenido algunas mesas de trabajo y también tenemos distintas capacitaciones en ese sentido. En este momento, estamos comenzando con una capacitación que es de acceso a justicia y políticas con perspectiva de género. Lo vamos a realizar en cuatro lugares del departamento judicial: hoy comenzamos en La Plata, el martes próximo vamos a Saladillo, el otro vamos a Monte y terminamos en Berisso el 23 de noviembre.

Eso es una impronta que realmente nos interpela porque estamos en el siglo XXI, porque consideramos que como institución podemos hacer grandes cosas y podemos generar leyes y acciones que transformen y generen nuevos paradigmas. Ademas, con la particularidad de que este Colegio de la Abogacía tiene, por primera vez, una presidenta mujer. 

¿Qué otros proyectos quieren impulsar?

Hay cuestiones que son inmediatas y otras que son proyectadas a largo plazo. En cuanto a las mas inmediatas, lo primero que hicimos fue abrir el colegio porque, producto de la pandemia, estaba trabajando parcialmente presencial. A su vez, otra de las cuestiones es la situación de los abogados y abogadas, muchos y muchas de los profesionales tuvieron que cerrar sus estudios porque no podían sostenerlo. En ese sentido, habilitamos un sistema de coworking, oficinas para que puedan atender con turnos. Además, en el Palacio de Justicia teníamos una sala profesional que estaba cerrada y habilitamos también ese espacio para quien lo necesite. 

Otra de las cosas que hicimos de manera inmediata es el tema de reformular y fortalecer los turnos del token, que es la firma digital y la firma electrónica. Las abogadas y los abogados si no tenemos la habilitación del token no podemos trabajar. Antes de la pandemia existía la posibilidad de llevar el escrito en soporte papel, hoy eso ya no existe. 

Hay otras cuestiones que también empezamos a trabajar que es, por ejemplo, en las abogadas y los abogados que se dedican al derecho previsional. Hay un atraso bastante importante en cuanto a los turnos, a cómo se trabaja. En principio, lo que hicimos fue exhortar al Instituto de Previsión Social (IPS) a que regularice la situación y después nos sentamos en una mesa de trabajo. Estamos trabajando conjuntamente para tratar de optimizar ese servicio que, por un lado, redunda en beneficio de las abogadas y de los abogados, pero también en la defensa a los derechos y en darles un tratamiento oportuno a aquellas personas que necesitan ser jubiladas o que ya son jubilados y tienen que realizar una actualización respecto de su haber jubilatorio. 

Como Colegio de Abogacía, ¿trabajan en proyectos que apunten a los jóvenes?

Hay algunas cuestiones que vimos a lo largo de este tiempo y lo empezamos a llevar adelante, que tiene que ver con generar los puentes entre que un estudiante de abogacia es estudiante y pasa a ser abogado. Esa articulación no se da de manera natural, así que hemos empezado a trabajar con distintas universidades para fortalecer ese camino y, a su vez, con las prácticas preprofesionales. Firmamos convenios individuales donde estudiantes de abogacia avanzados empezaron a hacer prácticas en estudios jurídicos. En principio es por dos meses con posibilidad de poder reeditarlo el año próximo.

Otro gran desafío que tenemos es en el tema de los cambios de paradigmas en el ejercicio profesional. Nosotros, en general, cuando recibimos la formación nos preparan para el inicio del oficio y cuando la gente nos viene a consultar espera que abordemos su problema de la menor manera posible y que le brindemos una solución. Entonces, hay cuestiones que es necesario que abogadas y abogados estemos capacitados como son otros procesos y otros métodos, distintos al proceso judicial, donde cada uno es adecuado para determinado conflicto, como puede ser la mediación, la negociación, el arbitraje. Esta es una fuerte impronta que vamos a fortalecer pensando en el ejercicio profesional, pero también en el acceso a derechos de las personas.

El otro gran tema que tenemos es este nuevo paradigma que tiene que ver con la inteligencia artificial, con las cuestiones de ejercicio profesional en forma electrónica. Hemos creado una comisión específica para el abordaje de esos temas y para brindarle esas herramientas a los abogadas y los abogados.

Después, seguimos trabajando en el acompañamiento diario del ejercicio profesional. En este sentido, generamos una comisión específica de ejercicio profesional que está integrada por distintas consultorías especializadas y que tienen dos objetivos. Uno es acompañar la consulta diaria y el otro es hacer talleres prácticos. Esto viene a complementar nuestro ejercicio profesional cotidiano, sea para los jóvenes, como también para quienes crecemos. 

Volviendo un poco a la perspectiva de género y siendo la primera mujer presidenta, ¿por qué crees que es importante que ocupemos este tipo de cargos?

En principio creo que tenemos distitnas miradas, ni mejores ni peores. Yo tengo un ideal que es que lleguemos a un momento en el que ya no se discuta si somos hombres, mujeres, disidencias, diversidades, sino que seamos valorados todos los seres humanos por igual. Eso es lo importante, que la igualdad real sea posible. Claramente las mujeres en cargos ejecutivos seguimos siendo muy pocas. Yo tengo una trayectoria en esta institución de 15 años ininterrumpidos en el Consejo Directivo y muchas veces me decían "podrías ser", pero nunca llegaba ese momento porque claramente a las mujeres no se nos brindan las mismas posibilidades que a los hombres. 

Pero también creo que somos nosotras quienes tenemos que propugnar por esa igualdad y para eso no solo tenemos que trabajar en la transformación de las leyes, sino básicamente en acciones. El anhelo que tengo es que en el momento que termine mi mandato poder proponer a una mujer y  a un hombre que tengan la igualdad de condiciones y que se eliga por esos méritos. Ahí está el desafío que tenemos por delante.