Por Alejandra Lordén*
La asunción de las nuevas autoridades del Comité Provincia dejó algunos lineamientos muy claros que valen para el radicalismo de todo el país.
La UCR recuperó su vocación de representar mayorías. Cuando hay un historia tan rica y tantos laureles, puede existir la tentación de quedarse en un lugar testimonial de comodidad.
No es el caso del radicalismo. Queremos hacer una gran elección en septiembre y noviembre. Queremos gobernar en 2023. Vamos a ser competitivos en la arena electoral precisamente porque entendemos las necesidades actuales de la gente y los desafíos de nuestro país en esta coyuntura.
La potencia del radicalismo bonaerense es una condición imprescindible para concretar una alternativa republicana desde Juntos por el Cambio. La actualidad nos pide mucho y estamos dispuestos a darlo todo. Ya no se trata solamente de frenar a un gobierno cuyo único proyecto es la acumulación de poder; vamos a poner frente a la ciudadanía una opción progresista, transformadora, dialoguista y honesta.
La vinculación histórica del radicalismo con la juventud, la participación decisiva de las mujeres en esta regeneración partidaria, el compromiso con las minorías postergadas, son señales unívocas que hablan de lo mismo: somos una fuerza política que se fortalece en la diversidad; que reconoce, procesa y supera sus limitaciones; que está dispuesta a llevar a la Provincia y a la Argentina a la senda del desarrollo genuino.
*María Alejandra Lorden es diputada bonaerense y vicepresidente UCR Nacional