Según un informe titulado "Sobrecarga no verbal: Un Argumento Teórico sobre las Causas de Fatiga en Zoom", publicado por el laboratorio de Interacción Humana de la Universidad de Stanford, relaciona ese “cansancio desproporcional” a la exigencia de atención mayor requerida en este tipo de reuniones.
En ese sentido, sostienen que muchas caras al mismo tiempo, la falta del lenguaje corporal para facilitar la comunicación y el recordatorio constante de que nuestro rostro es observado constantemente generan un alto nivel de estrés en el cerebro.
A esto se suman las dificultades típicas de la comunicación en línea como la mala conexión, los micrófonos en mute o el retraso del audio y muchas personas hablando al mismo tiempo.
La irritabilidad y cansancio emocional y cansancio físico son algunos signos de que la “Fatiga en Zoom” está atacando, afirmó el laboratorio de interacción humana de Stanford. Afortunadamente, el estudio concluyó que se va a ir evolucionando hasta aprender a llevar la situación.
"Cuando inventamos los ascensores, no sabíamos si debíamos mirarnos unos a otros en ese espacio. Tuvimos que desarrollar maneras de hacerlo funcionar. Estamos viviendo algo similar ahora con la videoconferencia, entender los mecanismos nos ayudará a encontrar la manera ideal de hacer las cosas", manifestó Jeff Hancock, fundador y director del Standford social media Lab.
Fuente: Estudio Stanford