Desde hace ya una difusa “fase”, buena parte de la dirigencia alistada en el oficialismo gobernante como en el arco opositor comenzó a calentar motores para la carrera electoral del año que viene.
Desde la montaña rusa de la política, la oposición de Juntos por el Cambio metió en agenda de debate electoral tanto la eventual suspensión de las PASO como el pedido de revisar la ley que le puso fin a las reelecciones indefinidas. En rigor, la verdadera limitante para la reelección de los intendentes municipales es el voto ciudadano.
Pero no se quedaron ahí nomás. También se planteó la necesidad de desdoblar las elecciones 2021 en la Provincia. El asunto no es novedoso. En 2019, la estrategia atravesó el comando de campaña de la entonces gobernadora María Eugenia Vidal cuando se pensó en la posibilidad de que la Nación y la Provincia fueran a las urnas en elecciones desdobladas.
Es decir, “plebiscitar” la gestión Vidal en una elección bonaerense aislando al expresidente Mauricio Macri como inequívoca “ancla electoral”.
En la gobernación de Calle 6 le bajan el pulgar. No es prioridad discutir el desdoblamiento de las elecciones provinciales en medio de una pandemia del coronavirus que aún no terminó y que dejará secuelas sobre la crisis económica y social de arrastre. Según recordó el jefe de Gabinete Carlos Bianco, “eso fue un berrinche de la oposición cuando eran gobierno”.
Pensar en el calendario electoral legislativo 2021 en esta coyuntura de la pandemia (que encontró a nuestro país sumido en graves problemas socioeconómicos, muchos de ellos estructurales y bajo estas circunstancias extraordinarias e inéditas en todo el mundo ante una segunda ola o rebrote de Covid-19) parece una película de ciencia ficción.
Casi sin margen de error se podría asegurar que la “agenda política” no ocupa un lugar relevante en la vida cotidiana de la opinión pública. Hoy por hoy, la población bonaerense casi mayoritariamente “votaría” para que termine la pandemia de coronavirus cuando antes.
Mirando de reojo el almanaque electoral que se viene, la obra pública parece ir transformándose en el “caballito de batalla” de la Gobernación de Axel Kicillof con el propósito de reactivar la economía y el empleo en la provincia de Buenos Aires.
Hasta el ministro nacional de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, continúa recorriendo municipios bonaerenses promocionando también el “Plan Argentina Hace”, para la ejecución de proyectos que generan empleo local.
Si bien siempre es un hecho crucial para el andamiaje bonaerense, el tratamiento del Presupuesto 2021 en el actual contexto adquiere una connotación mucho más relevante y, como se presumía, el bahiense Marcelo Feliú apareció de movida nomás como uno de los hombres clave en la negociación de cara a obtener su aprobación.
A partir de su rol a cargo de la estratégica comisión de Presupuesto del Senado y de la relación que vino edificando Pablo López, el ministro de Hacienda y Finanzas de la administración Kicillof, vínculo que se consolidó en base a los resultados obtenidos en algunas delicadas misiones que se le encomendaron, el senador ya se movió como el encargado de flanquear personalmente los ministros y funcionarios del Ejecutivo que tienen que exponer y defender la pauta presupuestaria provincial ante los legisladores.
Aunque esto recién empieza y es una “película con final abierto”, la Gobernación apuesta al diálogo con los intendentes para acercar posiciones con una oposición que, se sabe, en la Cámara Alta detenta la mayoría (26 senadores sobre un total de 46)
Como argumento de peso, el hecho no menor que La Plata y Bahía Blanca, dos municipios de gran peso específico, ambos gobernados por Juntos por el Cambio, aparezcan como muy bien considerados en el listado de obras proyectadas para el próximo ejercicio, es una de las cartas que el oficialismo pone sobre la mesa en procura de lograr los consensos necesarios para una aprobación que podría aclarar un panorama muy complejo.
De acuerdo a estimaciones oficiales, Bahía Blanca será uno de los municipios que más inversión recibirán en obra pública. Se habla de una inversión superior a los 2 mil millones de pesos.
La ronda de presentaciones incluyó al ministro de Infraestructura, Agustín Simone, a cargo del área a partir de la cual Kicillof apunta a motorizar una economía bonaerense que necesita más que nunca de una inyección revitalizante para poner a marchar engranajes maltrechos tanto por la pandemia como por los tiempos que la antecedieron.
Técnicamente, se planea para el año próximo (electoral) unos 115 mil millones de pesos a la realización de 1735 obras en la Provincia “y sin distinción política”, se aclara. Los alcaldes amarillos del Pro decidieron marcarle la cancha legislativa al Gobernador.
En perspectiva quieren asegurarse una mayor cantidad de recursos económicos y obras municipales. El oficialismo peronista del Frente de Todos necesita que el Ejecutivo abra una instancia de negociación para “sacar” la aprobación parlamentaria del paquete de Presupuesto y ley Impositiva 2021. Los acuerdos o “contactos reservados” con los referentes de Juntos por el Cambio terminan siendo obligatorios.
Por Ricardo Salas
Fuente: lanueva.com