¿Cómo enfrentarse a una Provincia rota en materia de políticas públicas de niñez y adolescencia? ¿Cuáles serán los primeros pasos para paliar la emergencia de los sectores más vulnerados? ¿Por dónde comenzar? ¿Qué lugar tendrán los pibes y las pibas en la búsqueda de una solución? ¿Con quiénes trazar las posibles soluciones? Con más del 50% de niños, niñas y adolescentes bajo la línea de pobreza a nivel nacional, con programas de inclusión social desfinanciados, con trabajadores precarizados, con un presupuesto que todavía no cierra, y con una pandemia que afecta a la sociedad argentina. ¿Qué planes tiene el gobierno de Axel Kicillof, Fernanda Raverta y Paula Ferro para hacerle frente a la grave situación de los más jóvenes de nuestro país?
Más allá de que -desde la vuelta de la democracia- los niños y jóvenes nunca han sido prioridad para los gobiernos en los hechos, pero siempre los han levantado como bandera en los discursos políticos garantistas, los últimos 4 años fueron especialmente descuidados. La provincia de Buenos Aires fue bombardeada por las políticas de “vaciamiento” del sistema de promoción y protección de los derechos de los niños durante la última gestión de María Eugenia Vidal. En cada municipio, miles de niños, niñas y jóvenes, se quedaron sin los programas de inclusión social como el “Envión” y las Juegotecas, que les permitían practicar iniciación deportiva, actividades culturales como murgas y batucadas; y encontrar en esas propuestas, una contención psicológica y un acompañamiento en la construcción de un proyecto de vida.
Tal fue el desastre que produjo Vidal, que la Suprema Corte de Justicia Bonaerense instó al gobierno provincial a “que se arbitren las medidas tendientes a dar inmediata solución a la problemática” ante el “agravamiento de la situación de riesgo y/o vulneración de derechos por la que atraviesan los niños, niñas y adolescentes”. Cabe destacar que esta resolución se basó en una presentación realizada por los titulares de los Juzgados de Familia del Departamento Judicial de La Plata, los jueces Graciela Inés Barcos, José Luis Bombelli, Hugo Adrián Rondina, Silvia Andrea Medilaharzo, María del Rosario Rocca, Karina Andrea Bigliardi y Mauro Javier Cerdá.
Con este escenario se encontraron el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof y Paula Ferro, directora del Organismo Provincial de Niñez y Adolescencia dependiente del Ministerio de Desarrollo de la Comunidad a cargo de Fernanda Raverta.
En diálogo con CRONOS, la Licenciada en Psicología (UBA), Paula Ferro, relató en qué momento se encontraba el Organismo cuando se declaró el aislamiento social, preventivo y obligatorio por el Covid-19. “Nos agarró no pudiendo corregir muchas de las cuestiones que encontramos y que nos parecían fundamentales. Cuestiones estructurales que en estos cuatro años el organismo perdió, porque se jubilaron anticipadamente o se fueron, más de 700 trabajadoras y trabajadores. Entonces arrancamos así, ‘en - 700 digo yo’ suponiendo que el número era el correcto antes, porque siempre el personal es un tema y un desafío en la gestión pública”, expresó.
Pero el macrismo no sólo precarizó al personal de niñez y adolescencia, sino que desfinanció y descuidó espacios de contención y promoción de los derechos de los niños y jóvenes. “Nos encontramos con algunos dispositivos que habían sido cerrados, algunas situaciones que nos parecían urgentes para corregir en la lógica del trabajo, por ejemplo, con los chicos que viven con sus madres que están privadas de su libertad. Había muchas aristas de trabajo para ir ordenando, ir conociendo cómo estaban trabajando los dispositivos conveniados que tenía el organismo también. Estábamos en todo este proceso con un desafío ya grande cuando nos viene la pandemia”, agregó Ferro.
Dado que los niños, niñas y jóvenes nunca tuvieron un ministerio propio, sino que han estado nucleados dentro del Organismo Provincial de Niñez y Adolescencia dependiente del Ministerio de Desarrollo de la Comunidad, el presupuesto será una fracción del recibido por Desarrollo de la Comunidad.
Así lo refuerza Ferro ante CRONOS: “Sí es una demanda del espacio volver a sostener la autonomía como órgano. No sé la figura institucional, eso depende de una cuestión presupuestaria, que es una discusión que está más lejos que hace cuatro meses. Digamos que ya estaba lejos”.
Aun así, la directora del organismo sostiene que hoy no es un problema depender del Ministerio de Desarrollo de la comunidad y que esto no sería un obstáculo para garantizar la protección de los derechos de la niñez y la adolescencia. “En el Ministerio de la Comunidad estamos en consonancia con el abordaje, con el cuidado, con la lógica de garantía de derechos”. A su vez, agregó que la Ministra Raverta y el Gobernador Kicillof tienen un recorrido no solo político sino también laboral que tiene que ver con la preocupación de las infancias y las juventudes, por lo que acompañan la línea de intervención del organismo.
El trabajo coordinado entre las distintas instancias estatales es uno de los puntos que resalta Ferro para poder optimizar la política para garantizar el cumplimiento de la Ley provincial 13.298 de promoción y protección integral de niños, niñas y adolescentes. “Tenemos un nivel de articulación con las diferentes áreas de la política provincial que hace a la tarea que nos toca. Esta visión de real corresponsabilidad en función de garantizar los derechos de las infancias y las adolescencias de la provincia de Buenos Aires”, afirmó Ferro.
El pasado 28 de febrero, se reactivó el Consejo Provincial de Niñez y Adolescencia, convocado por el Organismo Provincial de la Niñez y la Adolescencia, a través de su directora ejecutiva, Paula Ferro. Este Consejo, contó con la presencia de la Vicegobernadora Verónica Magario y la Ministra de desarrollo de la Comunidad bonaerense, Fernanda Raverta, además del director de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (SENNAF), Gabriel Lerner. En la República de los Niños de La Plata, se congregaron representantes de los 135 municipios, vinculados con el abordaje y la protección de la infancia.
A la hora de intervenir, Magario sostuvo que su gobierno se comprometía a “cuidar y garantizar el bienestar de niños, niñas y adolescentes bonaerenses", y en ese mismo marco, Raverta afirmó que el gobierno “tomó la decisión política de pensar que hay un sujeto colectivo, que son los chicos y las chicas de la Provincia, que deben ser cuidados y abrigados por nosotros".
Es importante no caer en el sentido común y poder analizar los términos que se usan al hablar de las niñeces y juventudes, porque de esos sentidos se traducen las políticas para un sector históricamente vulnerado y subestimado.
En una entrevista a Carola Bianco publicada por “La Izquierda diario”, la especialista en niñez y adolescencia de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UNLP sostuvo: “La infancia es un sujeto que no hay que proteger nunca porque el término ‘protección’ puede resultar absolutamente arbitrario. Lo que sí, la infancia es un sujeto al que hay que promover sus derechos en todas sus dimensiones (...) Por lo tanto, considero que a los niños no hay que protegerlos nunca, hay que proteger sus derechos”.
Por esto, es importante implicarse como adultos y adultas realmente en los temas de niñeces y adolescencias, y problematizar ciertos discursos que se repiten como verdades absolutas. Como ciudadanos y ciudadanas es necesario conocer los derechos de los niños, niñas y adolescentes, para promoverlos y buscar que se garanticen, pero también reconocer a esos sujetos como sujetos políticos, cuya voz debe ser escuchada, y debe tener un lugar protagónico en la búsqueda por restituir sus derechos vulnerados. Desde ese lugar, es que se puede exigir al Estado más y mejores políticas para aquel sector.
Según pudo expresar a CRONOS Paula Ferro, para el Organismo provincial de niñez y adolescencia, los pibes y las pibas tendrán un lugar primordial al buscar “generar de manera cotidiana las herramientas para que la voz de los pibes y las pibas esté presente en la política que está pensada para cuidarlos y para garantizarles sus derechos es fundamental”.
La directora afirmó que la materialización de estas ideas se vio coartada por el aislamiento social, preventivo y obligatorio: “Sí tenemos que tener espacios, no hemos llegado al armado de los Consejos, nuestro Consejo provincial, el armado con los consejeros, son propuestas que tienen los municipios”.
La Licenciada en psicología sostuvo que las políticas estatales deben ser apropiadas por los niños, niñas y adolescentes para poder ser efectivas: “Hoy nosotros promovemos la línea 102 pero sabemos que con un trabajo firme, seguido, consensuado con los pibes y con las pibas, esas herramientas tienen que ser tomadas por ellos para poder nosotros estar tranquilos que si tienen alguna situación de vulneración puedan ir a algún adulto o algún vecino, algún referente comunitario atento y atenta para que el Estado pueda ahí intervenir rápidamente”. Finalmente Ferro aclaró: “Uno a lo que aspira es que en ese criterio y en esa mirada desde la infancia puedan percibir qué está bien y qué está mal. Y que tengan herramientas para poder decirlo. Esa es la aspiración como horizonte”.
Estamos en tiempos de urgencias y emergencias, en tiempos de escasos recursos, que deben ser usados estratégicamente para poder garantizar los derechos de miles de pibes y pibas en la provincia de Buenos Aires. Pibes y pibas que sufren, que pasan hambre, que extrañan el club o el centro barrial. Pibes y pibas que tienen derecho a jugar, a soñar, a vivir en un hogar libre de violencias. Y fundamentalmente, que tienen derecho a ser escuchados, tenidos en cuenta, invitados a pensar, a debatir, a buscarle la vuelta, a un problema que los y las incluye, que los atraviesa. Las consecuencias de esta crisis, las viven los pibes y las pibas en el cuerpo, ¿Seguiremos siendo los necios que crean tener la solución a los problemas de otros y otras? o ¿los invitaremos a cambiar el mundo? Un país en el que los pibes y las pibas sean tenidos en cuenta, será un país con mucha más justicia, con mucha más ternura, con muchas más sonrisas. Nos queda mucho que aprender de ellos y ellas en las casas, en las escuelas, en las calles, en las organizaciones, en las plazas y, por supuesto, en el Estado.
Por Lara Guerrero | Especial para Cronos