La oposición logró torcerle el brazo al oficialismo en ambas cámaras legislativas de la Nación y aprobaron la declaración de repudio al golpe de Estado en Bolivia tras la renuncia del presidente constitucional Evo Morales.
En una jornada marcada por la tensión y la división entre quienes adherían al texto presentado por el peronismo y quienes apoyaban el del interbloque de Cambiemos, que evitaba mencionar el “golpe” y hablaba de “ataques al sistema democrático”, el debate en Diputados se extendió por más de cinco horas.
En Senadores, el oficialismo tenía intenciones de abstenerse de votar el texto del peronismo, pero las abstenciones se cuentan para el quórum y la sesión podía caerse. Para evitar eso, dos senadoras de Cambiemos votaron en contra de de la declaración.
En la cámara alta, la declaración sumó fuertes cuestionamientos a Mauricio Macri y el canciller Jorge Faurie, que fueron cuestionados por los opositores que consideraron que tuvieron una posición “genuflexa”, y pidieron en el documento que se aprobó que se le conceda asilo político a todos los bolivianos que lo soliciten.
“Está claro que en Bolivia se quebró el estado de derecho. El presidente Evo Morales convocó nuevamente a elecciones, corrigiendo errores previos, pero los errores políticos se pagan en las urnas y los éxitos se cobran en las urnas, no en los estrados de la OEA”, dijo el primero de los oradores de la jornada en la cámara baja, Felipe Solá, que se presume, podría ser el canciller en el gobierno de Alberto Fernández.
“Cuando uno escucha que el jefe de las Fuerzas Armadas de un país hermano sugiere o exige la renuncia a un presidente, está claro que estamos hablando de un golpe de Estado”, fueron las palabras de Daniel Lipovetzky, uno de los más esperados de la jornada que había marcado fuertes diferencias con el gobierno de Mauricio Macri y se sospecha que podría abandonar el espacio.
Mario Negri, de la UCR, afirmó que “no es posible que un general o un comisario se pare delante de un presidente a decirle si se va o se queda”, aunque matizó su discurso al acusar a Evo Morales de pecar de “gula de poder”.
Uno de los cruces más tensos se produjo cuando el diputado de Cambiemos, Facundo Suárez Lastra, quien dijo que no quería participar de una discusión “semiótica”.
Leopoldo Moreau, del bloque opositor respondió: “Los golpistas nunca se dicen golpistas, nunca se reconocen como tales, y siempre han utilizado a lo largo de la historia los mismos pretextos”.
“Yo le pregunto a mis correligionarios radicales, cómo compatibilizamos nuestra preocupación por el supuesto fraude en Bolivia para justificar la intervención militar frente a un gobierno como el nuestro con Illia que fue electo con la proscripción del peronismo y, sin embargo, el Golpe de Estado contra Illia fue repudiado por todo el arco político”, afirmó. “Qué hubieran dicho ustedes si el bloque peronista en el 87’ hubiera dicho ‘esto no es un golpe de Estado’”, exclamó dirigiéndose a la bancada radical en relación al levantamiento carapintada contra el gobierno de Alfonsín.