En un duro informe, la calificadora Moody’s alertó sobre el endeudamiento que deja Vidal

La calificadora de riesgo estadounidense Moody’s se metió en la polémica que enfrentó en los últimos días a la gobernadora, María Eugenia Vidal y su principal contrincante, Axel Kicillof, por el estado de las finanzas y las cuentas bonaerenses.

"La provincia de Buenos Aires afronta desafíos importantes para lo que resta de 2019 y 2020 debido a su elevada exposición a la deuda en moneda extranjera, un perfil de vencimientos desafiante y una base económica debilitada”, alertó la calificadora.

Según Moody’s “en 2015 se comenzaron a emitir bonos en los mercados de capitales internacionales. Desde entonces, la proporción de la deuda en moneda extranjera con la deuda total aumentó de 60 a 80 por ciento”.

En ese sentido, alertó también: “El perfil de vencimiento de deuda es desafiante y expone a los tenedores de deuda a un riesgo significativo, dado la actual volatilidad del tipo de cambio y acceso restringido al mercado de capitales del país”.

El informe se conoce en medio de los cruces que se intensificaron en las últimas semanas entre la administración de María Eugenia Vidal y Axel Kicillof. La primera sostuvo en diversas intervenciones que la deuda no tuvo una gran variación en los últimos cuatro años con respecto al nivel de deuda que tenía la provincia durante el gobierno de Scioli.

Kicillof, por su parte, ha manifestado su preocupación por el aumento de la deuda en dólares, por el perfil de los vencimientos y por estado de las cuentas provinciales. En la conferencia de prensa que brindó ayer en Berisso previo a un acto de campaña, señaló que “la deuda pasó de 9.000 a 12.000 millones de dólares, pero ahora tenemos un dólar a 60”, y afirmó que según las estimaciones que realizó el equipo económico del Frente de Todos, la Provincia tiene un faltante de caja que se ubica entre los 50 y los 80 mil millones de pesos para cerrar el 2019.

Además, insistió con el peso que sifgnificará el endeudamiento bonaerense para los próximos cuatro años de gobierno en los que, según el candidato, se deberán pagar unos 9.000 millones de dólares.