En el marco de un test obligatorio y sorpresivo al que se tuvieron que someter las fuerzas policiales de la provincia de Buenos Aires, el resultado encontró a oficiales en guardia y con el arma reglamentaria cargada bajo el efecto de las drogas.
Según fuentes oficiales de la Provincia, en esta ocasión los casos analizados fueron 723 sin previo aviso, donde 22 policías fueron separados de las fuerzas de seguridad, siendo en doce casos por consumo de cocaína, en ocho marihuana y dos, psicofármacos.
Distinta fue la situación de los estudios con aviso, donde de 3.315 servidores de seguridad solo les dio positivo al 0,23 por ciento. Los análisis se realizaron en catorce dependencias de Avellaneda, Quilmes y La Plata.
Se estima que la cifra podría haber sido mayor si todos los análisis se hubieran realizado de forma sorpresiva. Los estudios tuvieron lugar en Fundartox, encabezado por el jefe de toxicología del Hospital Fernández, Carlos Damín.
En cuanto a los oficiales que tuvieron el resultado positivo, desde la administración provincial comandada por María Eugenia Vidal, se les dio carpeta médica y se les quitó el arma reglamentaria. Además deberán realizar tratamiento por adicciones.