27 sep 2023
“Cristina tenía razón”, repiten en despachos de todos los colores políticos, tanto en Unión por la Patria, como en Juntos por el Cambio y hasta en los de La Libertad Avanza. La sorpresa que causó “la ola Milei” en las PASO, como un primer capítulo electoral, reconfiguró por competo el tablero electoral, cerró un escenario y abrió la incertidumbre de dos nuevos escenarios. Fue el principio formal del cierre de una etapa político-histórica que se gestó al calor de la crisis del 2021. Kirchnerismo, macrismo y la grieta.
Las PASO de tres tercios que anticipó Cristina enfocó el debate en temas que Milei supo canalizar de los reclamos legítimos de una sociedad golpeada por la crisis económica y el descreimiento de la clase política (la “casta”), pero que –de paso- también le imprimió su sesgo ultra liberal a propuestas de recetas económicas que hasta hace unos años a nadie se le había ocurrido siquiera comentarlas. La nueva agenda.
La reconfiguración de estrategias tuvo su letargo al calor de la sorpresa de las PASO. Para octubre, el segundo capítulo electoral, los pronósticos en general son diversos, aunque todos coinciden que la Argentina tendrá balotaje para elegir su próximo presidente. Las encuestas -esas que se vienen equivocando hace años, pero que la clase política consume casi con adicción- avisan que el escenario de los tres tercios sigue vigente, aunque ubican a Milei y Massa como protagonistas de la segunda vuelta, con el dato de que nadie duda que el economista ultraliberal tiene el cupo asegurado. Se sabe que Patricia Bullrich quedó incómoda de cara a la elección: el coqueteo de Mauricio Macri con Milei que aún queda en el aire, la similitud de posturas con el líder de La Libertad Avanza y la retención de los votos de Horacio Rodríguez Larreta, son caminos dificultosos para la candidata de Juntos por el Cambio. La lucha por el segundo cupo.
La PASO presidencial sangrienta que protagonizaron Bullrich y Larreta dejó secuelas que aún se sienten en el territorio. Ese espacio no aprendió del antecedente de la interna peronista para la Gobernación bonaerense del 2015. Varios referentes confiesan que aun lloran los heridos, quedan recelos y queda sangre en el campo de batalla. “El candidato era Santilli”, repiten varios referentes, conscientes de que la elección en la Provincia de Buenos Aires es la “madre de todas las batallas”. Pero el “Colo” no está en la boleta y el viejo lema “el que pierde acompaña” tuvo altercados que tardaron en su concreción real. Diversos armadores muestran al menos tres proyecciones distintas para octubre. Los más escépticos aseguran que Patricia está tercera y avisan que “no hay de dónde sacar más votos”. “Tardaron en reaccionar”, dicen desde un sector interno y se quejan de que Bullrich y su equipo “se encerraron en un círculo muy pequeño”. Muchos bajaron los brazos. Resabios de las Primarias.
Un segundo sector, más optimista, asegura que “no hay una ola Milei” y que el candidato de La Libertad Avanza “se estancó en el crecimiento de votos”. Con encuestas propias en la mano sostienen que hay chances para que Patricia entre al balotaje, porque “Massa tiene el escenario económico en contra” y no va a crecer. Como condimento no menor, diagnostican que Néstor Grindetti puede ganar Provincia. “La diferencia con Kicillof fue de 340 mil votos”, avisan, aunque ese resultado son los votos que lograron juntos Grindetti y Santilli en las PASO. Pese a esa omisión, estos armadores apuestan a que la generación de unidad, la acción conjunta en todos los distritos, Carlos Melconian y el bloqueo al plan de dolarización, pondrán a Bullrich en el balotaje y al intendente en uso de licencia de Lanús en las puertas de la Gobernación. El tercer sector, es extremadamente cauto. “Massa es el más sólido como político en campaña, nunca hay que darlo por perdido”, confiesan. La ven difícil, consideran que Patricia “se estancó” y que al final Larreta no se acopló a la campaña desde el arranque. Por lo bajo, muchos ya dejan trascender que en caso de un balotaje Milei-Massa, optarían por el “mal menor”: votar al tigrense. La complejidad electoral de Juntos.
Milei y La Libertad Avanza se ven más que ganadores ante los medios y las redes sociales. Incluso llegaron a decir que ganan en primera vuelta. Pero el propio economista dijo esta semana que sus encuestas lo muestran disputando el balotaje con Massa. El resultado de las PASO, que ni ellos mismos esperaban, hizo que de la euforia triunfalista pasen a la racionalidad de campaña. Bajaron dos cambios en torno a las propuestas más resonantes y polémicas, pero no la explosividad discursiva para su voto duro. Apelaron a viejas costumbres y acercaron posiciones con hombres de la “casta” (sindical), como Luis Barrionuevo, para que les “cuide el voto” en la Provincia, con el despliegue de fiscales para octubre. Milei tiene el camino más despejado que sus contrincantes. Aunque a Juntos por el Cambio le sacó 1,86 de diferencia y a Unión por la Patria 2,58. “Empate técnico, dicen muchos, pero sus proyecciones son mejores, por el famoso “carro ganador” y el arrebato de los votos duros destinados a Bullrich. Sin embargo, el sendero es distinto y hay un “temor” de ciertos sectores de la sociedad a generar un “salto al vacío” con un hipotética presidencia de Milei. En la Provincia, los números no son muy favorables, Massa y Kicillof le sacan mucha ventaja. Carolina Píparo es su carta bonaerense. La actual legisladora nacional apuesta al arrastre de la boleta de Milei y que se caiga Grindetti, aunque –por las dudas- en temas polémicos, como privatización de salud y los vouchers para la educación, tomó cierta distancia. El dilema de la centralidad.
“Massa no rema en dulce de leche, rema sobre un mar de piedras”, sostienen con algo de gracia los armadores principales del massismo. Aunque, al rato, resaltan sobre su capacidad y que “puede dar una gran sorpresa”. El cimbronazo de las PASO se sintió, pero no le quedó otra que reaccionar rápido. Con la mochila de la crisis, la devaluación, la inflación y el gobierno de Alberto Fernández, el ministro de Economía fue a fondo y lanzó un paquete de medidas que apuntan a “recuperar el voto perdido”. Desde el Frente Renovador saben que comandan el destino de su líder, apuntaron a una “campaña puerta a puerta” para lograr entrar al balotaje. “Hay que volver a las raíces del peronismo, con discurso más de centro derecha”, repiten por lo bajo los massistas, sin levantar mucho la voz, para que no escuchen desde el kirchnerismo. Massa sabe que los intendentes y gobernadores no “jugaron a fondo” para su lista, pero ahora apuesta y presiona para que lo hagan con el control de envío de recursos a las provincias, por ejemplo. La billetera del poder central.
Con Axel Kicillof lo une el mismo espanto. Si bien el Gobernador bonaerense tiene más chances de salir victorioso en octubre, un escenario con un Gobierno Nacional libertario sería una pesadilla que no quiere que se vuelva realidad, más allá de que tendría todo despejado para ser el heredero del peronismo-kirchnerista. Esa “nueva canción” que propuso Axel desde La Plata, que irritó a Máximo Kichner y La Cámpora, generó secuelas de las internas bonaerenses que aún tienen heridas y dejan spin-off para una próxima entrega. ¿Y el juego de los intendentes? De “cuidarle la boleta a Milei” en las PASO a querer ir a “destruirlo” en octubre se llama la versión nueva, aunque, los desconfiados de siempre ponen su ojo en el juego tradicional que siempre hicieron: “cuidar el territorio” y reposicionarse para lo que venga. Massa y Kicillof apuestan a seducir al “voto radical” para soñar con un triunfo nacional. Por lo bajo, las líneas de contacto con radicales de la Provincia y Nación se han acrecentado, sobre la vieja añoranza de la “unidad nacional”, esta vez en contra Milei. ¿Alcanzará? La nueva concertación.
El segundo capítulo de este escenario electoral cambió las estrategias y realidades que los protagonistas trazaron. Se viene otra contienda muy distinta a lo que fue la previa de las PASO. Si hay balotaje, como el tercer capítulo final, será también muy distinto en su reconfiguración. Cristina vaticinó la elección de tres tercios y en su última aparición pública en la UMET dejó un mensaje que merece ser interpretado: “Tampoco tenemos que tornarnos corporativos. Porque se puede ser corporativo de derecha, pero también se puede ser corporativo de izquierda, porque la corporación en definitiva es cuando un sector privilegia sobre el resto, por ahí sin advertirlo”. Una autocrítica que llega sobre el tiempo de descuento electoral.
Por Juan Alfaro (ALFA) | Director de Cronos Noticias
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