3 ago 2020
Nuevamente la Legislatura bonaerense se convirtió en un escenario donde el Frente de Todos y Juntos por el Cambio se sacan chispas sobre el tratamiento de una ley. En medio de la pandemia, la cuarentena y un parlamento bonaerense que arranca y pone reversa, el pedido de endeudamiento que solicitó el gobernador, Axel Kicillof de 500 millones de dólares y 28 mil millones de pesos, desató fuertes cruces y la caída del tratamiento legislativo del proyecto. El hecho pasó un tanto desapercibido, dado que el nuevo tropiezo legislativo del kicillofismo se dio unas horas antes del anuncio de Alberto Fernández y la nueva etapa la cuarentena. Esto no quitó que las segundas líneas del oficialismo lanzaran duras críticas hacia el espacio opositor principal, pero con la intención de que esta semana que comienza el proyecto pueda tener la aprobación de ambas Cámaras. Algunos analistas recordaron el fracaso que representó para el oficialismo el tratamiento de la Ley Impositiva en enero de este año, donde Juntos por el Cambio hizo valer su mayoría en el Senado y logró modificar el texto enviado por el Ejecutivo bonaerense. Al final, Kicillof tuvo su ley, pero con un empate con sabor a derrota. El antecedente cercado.
A diferencia de la Ley Impositiva, las diferencias no son en el marco, sino en los detalles. Tanto Juntos por el Cambio y el resto de los espacios opositores consideran “razonable” el monto del endeudamiento que solicitó Kicillof. El fracaso del tratamiento del proyecto (el jueves 30 de julio) tiene componentes que para muchos pueden ser “aceptables”, para otros no y también hay una cuestión de política que -como todo tratamiento de una norma- hace su juego, tanto en la mira electoral como en las internas de los espacios políticos. Desde el oficialismo acusan a Juntos por el Cambio de “irresponsables” y de “tener una actitud oportunista” sobre la situación. Alegan que el ministro de Hacienda, Pablo López fue a dar “todas las explicaciones” ante diputados y senadores, y que, sobre la marcha, la principal oposición “dio vuelta el tablero” para volver a tensar la cuerda y no llegar a un acuerdo. Desde el otro lado de la grieta afirman que “piden más información” sobre cómo se gastarán los ingresos que se generen con el endeudamiento y que su tratamiento pase por la Comisión de Presupuesto. Además, no sin razón, echan en cara al Ejecutivo que se pretende aprobar un endeudamiento sin contar con el Presupuesto de este año, que hasta antes de la pandemia tuvo la autorización de la Legislatura para prorrogar el del 2019. Un dato, para nada menor, es que la pandemia hizo que la prórroga del Presupuesto 2019 se extienda en el tiempo, sin ningún tipo de reclamos de ningún sector opositor. Desde la Provincia anunciaron que el proyecto será presentado en consonancia con el Gobierno Nacional y, hace una semana, el jefe de Gabinete de la Nación, Santiago Cafiero, adelantó que el Presupuesto Nacional 2020 será presentado en septiembre. Diversos escenarios sobre el tablero.
¿Cuáles son los puntos de la discordia? Desde Juntos por el Cambio aseguran que pidieron obras dentro de lo que es el Fondo de Infraestructura Municipal (FIM) y se quejan que “no funciona del todo”. Además, a “pedido de los intendentes”, está por verse un el punto de que si los municipios deberán o no devolver a Provincia el préstamo por la pandemia de 4.500 millones de pesos. En su matriz, el proyecto avisa que se tendría que pagar 18 cuotas (la primera cuota es en septiembre). En ese punto, tanto los alcaldes oficialistas, como opositores coinciden en que “no tendrían que devolver ese préstamo”, bajo el argumento de que Kicillof tampoco devolverá la ayuda extraordinaria que le dio Alberto en concepto de 135.000 millones de pesos. Hay tensión sobre ese punto y es casi un condicionante que el Frente de Todos y Juntos por el Cambio ponen sobre la mesa para destrabar la pulseada. Por ahora, según se pudo reconstruir, desde la platense calle 6 enviaron un mensaje claro: si no se aprueba el endeudamiento se tornará “imposible” seguir asistiendo a los municipios. Sobre el pago de la deuda de los distritos con Provincia, el kicillofismo -siempre por ahora- puso sobre la mesa postergar el pago hasta enero de 2020. El detalle fino.
Pero hay otro escenario que también se abre sobre esta pulseada que parece solo tener a legisladores y alcaldes de los espacios políticos: la abultada deuda con proveedores. Desde el oficialismo sostienen que 20 mil millones del pedido de endeudamiento serán para cancelar pagos con los proveedores, producto de la “herencia” que recibió Kicillof de la gestión de María Eugenia Vidal. Este punto inclina la balanza en favor de Ejecutivo bonaerense, porque en medio del parate económico producto de la pandemia/cuarentena los diversos sectores que son proveedores del Estado provincial (incluidos los de salud), se encuentran con que no percibieron el pago de sus servicios desde que comenzó el 2020. La iniciativa de los Certificados de Liquidación Provisoria que lanzaron desde el Ministerio de Hacienda para intentar saldar esa deuda, resultaron casi un fracaso y le agregaron un curso más de burocracia inerte a un Estado casi parado por el Coronavirus. Según trascendió, en caso de lograr el endeudamiento, los pagos en su mayoría se realizarán por la emisión de un bono, que será un instrumento de adhesión voluntaria. Los otros.
En un año para el olvido, donde la pandemia golpeó brutalmente la economía y las perspectivas no son buenas, al menos en el mediano plazo, la actual administración bonaerense necesita de un endeudamiento para poder hacer frente a la necesidad propia, de municipios y proveedores. El tiempo es fundamental, sobre todo en un contexto donde las contingencias están a la vuelta de la esquina. Es cierto que Juntos por el Cambio pretende mostrar su poder político en la Provincia y que la grieta hace su juego en medio de la cuarentena, con un sector duro que se mostrará en contra de todo lo que haga el oficialismo. También es cierto que Vidal comenzó a jugar más fuerte en la escena política y pudo haber tenido incidencia para que el proyecto no se trate la semana pasada. Pero al mismo tiempo, corresponde al oficialismo brindar toda la información posible sobre los gastos pretendidos y negociar sobre el tablero político. Negociar es parte de la lógica legislativa, sobre todo si la otra fuerza tiene mayoría en el Senado y en Diputados es necesaria a la hora de generar una sesión. La política es la mejor receta para lograr triunfos sobre cualquier terreno.
Fuente: ANDigital
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