La cita fue en la base aérea de Morón, la actual casa de María Eugenia Vidal. En la mesa, concurrida, se sentaron su mano derecha, Federico Salvai, futuro Jefe de Gabinete bonaerense y el diputado de Cambiemos, Manuel Mosca. Por el otro lado, Emilio Monzó; el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, el Secretario de Interior de la Nación, Sebastián García De Luca y el diputado bonaerense, Marcelo Daletto.
Durante la previa del encuentro, el hermetismo y las versiones de todo tipo fueron parte del menú. Es que se sabe, que desde tiempos de la campaña 2015, la relación entre Vidal y Monzó -y sus equipos- no son de las mejores. La tensión y el deshielo han sido las etapas que va teniendo está coexistencia interna de dos integrantes del PRO.
El cónclave se dio en un día particular, cargado de alto contenido político. Por la tarde, se conoció que Vidal movió piezas claves de su Gabinete, para darle más contenido político a su equipo, pensando en el escenario electoral 2017. Es así que Salvai, dejará de ser ministro de Gobierno, para transformarse en Jefe de Gabinete. El ex massista, Joaquín De la Torre, pasará del Ministerio de Producción a ser el próximo ministro de Gobierno, un “gran premio” a sus pergaminos de “armador” que dicen que tiene. El otro cambio, es que el ministro de Coordinación, Roberto Gigante será quien reemplace a Edgardo Cenzón en el Ministerio de Infraestructura.
El dato de todo este escenario, es que quedó vacante la cartera de Producción que dejará De la Torre. Sobre ese espacio, los ojos de todos los sectores internos del PRO y también de Cambiemos se posaron sobre ese Ministerio. Horas antes del cónclave Vidal-Monzó, trascendió que la Gobernadora, a modo de concretar la paz definitiva, le iba a ofrecer al titular de la Cámara Alta de Nación que uno de sus laderos sea quien ocupe ese sillón. Incluso, trascendió que Daletto podría ser el nombre elegido.
Pero mientras Argentina recibía una paliza futbolística con Brasil, la tertulia no concretó ese hecho y por ahora Producción sigue vacante. Es que, según puso saber CRONOS, la estrategia de Vidal, en acuerdo con Monzó, es tener ese lugar como una puerta para hacer más acuerdos políticos, incluso con sectores del peronismo que están bastante alejados de las aguas del FpV.
Pero al mismo tiempo, el frente interno es otro dilema para Vidal. En el PRO, en el sector que se reporta con el intendente de Vicente López, Jorge Macri, desde hace rato que sienten recelos sobre el rol del armado bonaerense y distintas “formas de Gobernación”. El “gran premio” que se le dio a De la Torre, como ministro de Gobierno, también es mirado con recelo. Cabe recodar que cuando Vidal ganó las elecciones, Jorge Macri se postuló para ser su Jefe de Gabinete, cuestión que no se hizo realidad, porque “Mariu” optó por no tener ese Ministerio en su primer año de gestión.
Por el lado de Cambiemos, varios sectores de la UCR vuelven a masticar bronca al ver que “ni siquiera son tomados en cuenta” para ocupar la silla de Producción, que de hecho les fue arrebatada cuando desembarcó De la Torre y desplazó a Jorge Elustondo, quien tuvo que conformarse con la creación de un pequeño Ministerio de Ciencia y Tecnología como premio consuelo. En los pasillos de la Legislatura, ya son varios radicales que dejaron trascender su enojo y avisan que “el Ministerio lo tendría que ocupar un radical”.
Varios datos de la cumbre Vidal-Monzó. “Una buena cena, que fue la continuación de encuentros anteriores”, expresó un comensal a este portal. El deshielo parece apuntar a ser completo, aunque en política, y sobre todo, en las internas del PRO, nada es lo que parece. Más allá del encuentro, el sillón del Ministerio de Producción representa otro dilema para la Gobernadora. Hay quienes –incluso- vuelven a poner en la lista al zigzagueante intendente de San Nicolás, Ismael Passaglia, como futuro ministro. Por ahora, ese alcalde peronista, hace gala de su juego del péndulo y si bien navega por aguas de Cambiemos, aún no ha formalizado su arribo. Vieja táctica en su haber.