La interna entre La Cámpora y el movimiento que responde al dirigente social Juan Grabois sumó un nuevo capítulo y se trasladó de lleno a la Legislatura bonaerense, tras los incidentes ocurridos durante una protesta en la Municipalidad de Quilmes por una ordenanza que busca regular la actividad de los cuidacoches, llamados popularmente "trapitos". El conflicto profundizó las tensiones dentro del bloque peronista y dejó expuestas diferencias políticas cada vez más difíciles de disimular.
Desde el sector que responde a La Cámpora, los respaldos al Ejecutivo municipal fueron contundentes. El jefe del bloque de Unión por la Patria en la Cámara de Diputados bonaerense, Facundo Tignanelli, defendió la gestión local y cuestionó el accionar del entorno de Grabois, al sostener que tanto Mayra Mendoza como la intendenta interina Eva Mieri “representan a su pueblo y no van a ceder al capricho de algunos dirigentes”.
En ese marco, Tignanelli rechazó las críticas hacia la conducción municipal y defendió la política de ordenamiento urbano impulsada en Quilmes. “Ellas buscan soluciones para los vecinos y vecinas. Poner en duda su empatía con quienes más lo necesitan es lo más lejano a la realidad”, afirmó, al tiempo que apuntó contra prácticas que calificó como extorsivas y mediáticas.

Las críticas se profundizaron en el Senado bonaerense. El legislador camporista Emmanuel González Santalla cuestionó con dureza la movilización impulsada por militantes del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), espacio que lidera Grabois, y calificó los incidentes frente a la municipalidad como una “práctica extorsiva” reiterada en distritos gobernados por el peronismo.
“Mandar a destrozar la municipalidad de Quilmes es parte de una lógica de violencia que después se intenta justificar desde las redes o los medios”, sostuvo González Santalla, quien también apuntó contra la dirigencia que, según dijo, “fomenta el conflicto y luego se victimiza públicamente”.
La protesta, impulsada por organizaciones vinculadas al MTE, se realizó en rechazo a la ordenanza que promueve la regulación del estacionamiento medido y la reorganización de la actividad de los cuidacoches. Los incidentes dejaron como saldo al menos una persona herida y otra detenida, ambas pertenecientes al grupo de manifestantes.

Desde el espacio que lidera Grabois, las críticas se centraron en el accionar del municipio y de las fuerzas de seguridad. A través de sus redes sociales, el dirigente social denunció represión policial y cuestionó la falta de diálogo político en un contexto de fuerte crisis social, al considerar que “se cruzó una línea roja”.
En la misma línea, el senador bonaerense de Patria Grande, Federico Fagioli, rechazó el enfoque represivo frente a la protesta y sostuvo que “los puestos de trabajo de los compañeros no se resuelven con represión”. Además, reclamó la liberación inmediata de la militante detenida durante los disturbios.

Desde la Municipalidad de Quilmes, en tanto, defendieron la iniciativa y aseguraron que la ordenanza surge a partir de múltiples denuncias de vecinos por desorden y conflictos en la vía pública. Las autoridades locales remarcaron que el objetivo es ordenar el tránsito y avanzar hacia la formalización laboral, sin desconocer la realidad de quienes hoy ejercen la actividad de manera informal.
Finalmente, Mayra Mendoza volvió a marcar distancia de Grabois y rechazó lo que definió como una estrategia de hostigamiento político. “No voy a permitir la violencia ni las extorsiones”, afirmó la diputada bonaerense, en un cierre que dejó en claro que la interna dentro del peronismo bonaerense está lejos de encontrar un punto de síntesis.