Quién es Leonel Chiarella, el presidente más joven de la historia de la Unión Cívica Radical

La Unión Cívica Radical eligió este fin de semana a su nuevo presidente y sorprendió con una definición generacional. El elegido fue Leonel Chiarella, intendente de Venado Tuerto, que con apenas 36 años quedó al frente del centenario partido. La decisión se tomó en un contexto de crisis interna y con la mira puesta en renovar liderazgos y ordenar el rumbo político del radicalismo.

Chiarella, de perfil bajo a nivel nacional, gobierna Venado Tuerto desde los 30 años y se convirtió así en el titular más joven en los 134 años de historia de la UCR. Con su asunción, superó marcas históricas como la de Gabriel Oddone, que había llegado a la conducción partidaria en 1942 con 41 años, y la de Hipólito Yrigoyen, que lo hizo en 1897.

El nuevo presidente radical responde políticamente al gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro. Su vínculo con ese espacio viene desde la militancia universitaria, cuando comenzó a dar sus primeros pasos en el partido. Abogado recibido en 2014, Chiarella cumple 37 años en los próximos días y representa a una generación que busca mayor protagonismo.

La elección del intendente santafesino se dio en medio de un proceso interno complejo, atravesado por disputas y salidas resonantes. En los últimos años, la UCR sufrió quiebres en sus bloques legislativos y una sangría de dirigentes que migraron hacia La Libertad Avanza, debilitando su peso institucional y su identidad política.

En ese escenario, el desembarco de un dirigente joven y del interior fue leído como una señal de recambio. Chiarella se impuso frente a figuras con mayor recorrido y respaldo mediático, lo que evidenció una apuesta por oxigenar la conducción y reconstruir la estructura partidaria desde una lógica más territorial.

Durante su gestión municipal, el flamante titular del radicalismo puso el foco en la seguridad, uno de los principales problemas de la región. Impulsó políticas contra el narcotráfico, como un sistema de denuncias anónimas para la venta de drogas y la trata de personas, una experiencia que ahora aparece como parte de su carta de presentación nacional.