Un grupo de vecinos y empresarios de Cariló presentó esta semana un proyecto para cercar la localidad y reforzar los controles de ingreso, una propuesta que busca mejorar la seguridad y que será elevada al municipio para su evaluación antes de la temporada de verano.
El plan contempla la instalación de un cierre perimetral sobre la Ruta 11 y en los límites con Villa Gesell, con la idea de reducir los accesos informales y ordenar el flujo de vehículos que ingresan durante todo el año, especialmente en los meses de mayor movimiento turístico.
Además del alambrado, los impulsores proponen implementar un sistema de identificación obligatoria en los accesos tradicionales, donde personal entrenado escanearía documentos de residentes, trabajadores y visitantes, replicando el modelo de seguridad que utilizan barrios privados de la región.

Otro punto central del proyecto es la puesta en marcha de un servicio de vigilancia privada permanente, con móviles que recorrerían las zonas boscosas y residenciales para complementar el trabajo de las fuerzas policiales, argumentando que hoy la cobertura oficial resulta insuficiente.
La iniciativa, sin embargo, ya generó debate entre comerciantes y habitantes de localidades vecinas, donde algunos sectores consideran que el cierre podría afectar la libre circulación y profundizar tensiones históricas entre Cariló y Villa Gesell, especialmente en temas de seguridad compartida.
Desde el municipio aún no hay una postura firme, aunque adelantaron que cualquier modificación en el espacio público debe respetar normas provinciales y garantizar el acceso irrestricto. Mientras tanto, el proyecto continúa sumando adhesiones y críticas en partes iguales dentro de la comunidad.