El Frente Renovador decidió mover sus propias fichas en el tablero político y avanzar con una propuesta propia de reforma laboral. En un escenario marcado por la presión del Gobierno nacional para aprobar el proyecto impulsado por Javier Milei, el massismo busca evitar quedar a la defensiva y construye una alternativa que, según afirman, moderniza el empleo sin resignar derechos.
La senadora bonaerense electa Valeria Arata confirmó que el espacio trabaja desde hace semanas en una iniciativa integral que recoja los cambios del mercado laboral actual. “No alcanza con frenar una reforma regresiva; debemos acercar soluciones concretas”, señaló la legisladora, marcando distancia tanto del oficialismo nacional como de la pasividad que atribuyen a sectores del propio peronismo.
El proyecto del massismo se elabora en diálogo con cámaras empresariales, sindicatos, pymes, universidades y organizaciones sociales. La intención, explican en el espacio, es construir un esquema que incentive la producción, promueva el empleo joven, contemple la llegada de nuevas tecnologías y acompañe la realidad económica sin avanzar sobre la protección laboral.

Arata sostuvo que el objetivo es diseñar una reforma “responsable”, que contemple también la necesidad de actualizar el sistema tributario y previsional. “No queremos parches: trabajamos una mirada integral, que empieza escuchando y recogiendo inquietudes de quienes sostienen la economía todos los días”, expresó.
El Frente Renovador plantea diferencias profundas con el proyecto del Gobierno nacional, que propone ampliar la jornada laboral a 12 horas, permitir el pago parcial de salarios con tickets, flexibilizar vacaciones, habilitar bancos de horas y establecer paritarias por empresa basadas en productividad. Entre los puntos más cuestionados está también la posibilidad de pagar indemnizaciones en hasta 12 cuotas.

La iniciativa de Milei reproduce además artículos del DNU 70/2023 que ya habían sido suspendidos por la Justicia y que aún esperan una definición de la Corte Suprema. Para el massismo, retomar esos lineamientos implica “reformas viejas con lógica de los 90’” y una amenaza directa a los derechos laborales básicos.
En contraste, el proyecto del Frente Renovador incorpora cinco ejes específicos: incentivos para jóvenes con becas y formación tecnológica, apoyo económico y financiero para mujeres emprendedoras, un régimen impositivo especial para pymes, un programa de reinserción laboral para mayores de 45 años y un esquema de protección para trabajadores de aplicaciones.

En el caso de las aplicaciones, el massismo busca abordar uno de los sectores más desregulados del mercado laboral: mejorar ingresos, transparentar condiciones y garantizar cobertura frente a riesgos, sin eliminar la flexibilidad horaria que caracteriza la actividad.
“El país necesita una reforma laboral que genere oportunidades reales, no que avance sobre derechos”, concluyó Arata. Con esta jugada, el Frente Renovador intenta reinstalarse en la agenda pública, marcar diferencias frente al mileísmo y volver a ocupar un rol propio dentro del peronismo, que atraviesa su etapa de mayor dispersión política desde 2015.