La Legislatura bonaerense se prepara para uno de los debates más intensos del año: el tratamiento del Presupuesto 2026 que Axel Kicillof envió a la Cámara de Diputados. La comisión de Presupuesto e Impuestos fue convocada para el martes 18 de noviembre a las 14, dando inicio formal al análisis del paquete fiscal que incluye la Ley de Presupuesto, la Fiscal Impositiva y un pedido de endeudamiento por hasta USD 3.865 millones. El oficialismo busca avanzar con velocidad para que la ley llegue al recinto antes del recambio legislativo.
En el temario que distribuirá la comisión figuran los puntos centrales que ordenarán la discusión: la proyección de más de $43 billones de inversión, la continuidad de tributos como Ingresos Brutos y los impuestos Inmobiliarios, y la inclusión de una baja leve en el Automotor. Sin embargo, el foco político está puesto en la ingeniería necesaria para conseguir los 61 votos en Diputados y los 31 en el Senado, un requisito que obliga a Unión por la Patria a negociar con toda la oposición.
El oficialismo pretende llevar el proyecto al recinto el 26 de noviembre, o a más tardar el 3 de diciembre. El margen es estrecho y la discusión tensa. De no aprobarse, Kicillof volvería a enfrentar un nuevo año con prórroga presupuestaria, un escenario que el Ejecutivo busca evitar tras experiencias previas que limitaron la planificación financiera y la ejecución de obras clave en territorio bonaerense.

Mientras tanto, los bloques opositores ya dejaron en claro que su apoyo no será gratuito. El GEN pidió aumentar los fondos destinados a los municipios y advirtió sobre la falta de recursos para los distritos más chicos. La Coalición Cívica (CC) reclamó recuperar el rol de control legislativo y cuestionó la delegación de facultades en organismos como ARBA. Desde La Libertad Avanza exigieron reducir estructuras estatales antes de habilitar nuevo endeudamiento.
Las críticas también apuntaron al destino de la deuda contemplada en el proyecto. Legisladores libertarios y de la CC sostuvieron que no debe utilizarse para gastos corrientes y exigieron mayor transparencia en la ejecución. Para la oposición, la proyección de gasto para 2026 exige un reordenamiento interno que el Gobierno aún no aborda con la profundidad necesaria.
En paralelo, el peronismo enfrenta sus propias tensiones. Aunque el bloque crecerá en número a partir del 10 de diciembre, la convivencia entre La Cámpora, el massismo, el sector de Kicillof, el intendentismo y Patria Grande obliga a articular acuerdos finos. El recuerdo fresco del fracaso del Presupuesto 2025 y los debates sobre desdoblamiento electoral o la suspensión de las PASO siguen marcando desconfianzas internas.

La discusión por los fondos municipales aparece como el punto más sensible dentro del oficialismo. Los intendentes celebran que el fondo esté expresado por ley, pero cuestionan que dependa del endeudamiento. Además, vuelven a aparecer reclamos por el reparto desigual de obras entre municipios: desde el Conurbano advierten que distritos con mayor población reciben menos recursos que ciudades con menor densidad.
Legisladores también pusieron el ojo en cambios regulatorios, como la posible modificación de la restricción para construir a 100 metros del mar en distritos costeros. A ello se suman los debates por cargos en organismos clave: Banco Provincia, Suprema Corte, autoridades de Cámara y la conducción del PJ bonaerense, temas que inevitablemente se colarán en la negociación del Presupuesto.
Con un calendario ajustado y múltiples tensiones abiertas, el oficialismo sabe que la comisión del 18 de noviembre será apenas el primer round de una pulseada que definirá no solo el Presupuesto 2026 sino también el equilibrio político del próximo año. Los municipios, los impuestos y la deuda provincial son los ejes que ordenarán un debate que promete dejar secuelas en la arena legislativa bonaerense.