La Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires volverá a ser esta semana el centro de la escena política. En la sesión ordinaria del miércoles, donde el oficialismo planea darle ingreso al Presupuesto 2026, podría colarse un tema sensible para el gobernador Axel Kicillof: la condonación de las deudas que los 135 municipios mantienen con la Provincia por el denominado Fondo Covid y el Fondo de Asignaciones Extraordinarias Salariales.
La iniciativa fue presentada a mediados de año y cuenta con un respaldo inusual: lleva la firma de los diputados radicales Diego Garciarena y Valentín Miranda, los camporistas Berenice Latorre y Juan de Jesús, y el legislador del PRO Matías Ranzini. El proyecto propone perdonar deudas municipales por un monto que ronda los 7.900 millones de pesos, y amenaza con convertirse en un nuevo punto de tensión dentro del debate presupuestario.
Según el orden del día de la sesión, la propuesta figura en el primer punto a tratar, lo que refleja la intención de varios bloques de discutirla antes de iniciar el tratamiento formal del Presupuesto. Para la oposición, la condonación es una de las condiciones que debería contemplar el Ejecutivo provincial si busca garantizar los votos necesarios para sancionar la ley de leyes antes del recambio legislativo de diciembre.

El Fondo Covid fue creado durante la pandemia como una herramienta de asistencia a los municipios frente a la emergencia sanitaria y financiera. En 2023 se sumó el Fondo de Asignaciones Extraordinarias Salariales, destinado a apoyar a los gobiernos locales en el pago de sumas no remunerativas a empleados públicos. Ambos mecanismos generaron compromisos financieros que muchos distritos, especialmente los más chicos, todavía no pudieron cancelar.
En ese marco, el radical Garciarena fue contundente: “Si el Presupuesto no contempla la condonación de esas deudas, vamos a tener que tratar el proyecto por separado”. La advertencia no solo apunta al oficialismo, sino también a los aliados parlamentarios que podrían acompañar al Gobierno en la votación del Presupuesto. En los pasillos legislativos, el mensaje fue leído como una jugada para marcar la cancha en la negociación política.
La historia del proyecto refleja las tensiones entre la Legislatura y el Ejecutivo. En mayo, cuando el texto se coló en el temario de Diputados, Kicillof reaccionó rápidamente con un pedido de endeudamiento por hasta 1.045 millones de dólares que incluía la suspensión de las deudas municipales. Esa maniobra logró frenar el tratamiento del proyecto, pero solo postergó un debate que ahora vuelve con más fuerza, justo en la antesala del Presupuesto 2026.

La nueva Ley de Financiamiento presentada junto con el Presupuesto recupera parte de aquella propuesta, pero no incluye una condonación total de las deudas. En cambio, plantea la posibilidad de refinanciar los pagos a través de mecanismos administrativos y de prorrogar los plazos de devolución. La diferencia no es menor: mientras la oposición exige “borrón y cuenta nueva”, el Ejecutivo solo ofrece más tiempo.
De no contemplarse la condonación en el texto final del Presupuesto, los diputados bonaerenses podrían insistir en tratar el proyecto original de Garciarena y De Jesús. Esa posibilidad será uno de los ejes de la labor parlamentaria previa a la sesión, donde los jefes de bloque definirán el orden del debate y los eventuales acuerdos. Por lo bajo, algunos legisladores oficialistas admiten que “podría ser una moneda de cambio” en la negociación general.
El panorama no es sencillo para Kicillof. La aprobación del Presupuesto requiere mayoría especial: 61 votos en Diputados y 31 en el Senado. En ambos recintos, el oficialismo necesitará apoyos externos, tanto del radicalismo como del massismo, e incluso de algunos sectores libertarios. Con ese escenario, cada pedido opositor se transforma en una ficha clave dentro del tablero legislativo.

Los radicales, por su parte, ya adelantaron que no solo reclamarán la condonación de las deudas, sino también modificaciones en el Fondo de Fortalecimiento de la Inversión Municipal, que destina el 8% del endeudamiento total a los municipios. Consideran que ese fondo debería ser de libre disponibilidad y no exclusivo para obras, como plantea el proyecto oficial. “Los intendentes necesitan margen para administrar sus recursos”, señalaron desde el bloque de la UCR.
Del lado del cristinismo también hay ruido. La intendenta de Quilmes y próxima diputada provincial, Mayra Mendoza, expresó su malestar por la falta de precisiones en torno al Fondo de Fortalecimiento, mientras que el titular del PJ bonaerense, Máximo Kirchner, advirtió que “el Presupuesto siempre se modifica y seguramente este también se modificará”. Las diferencias internas dentro del oficialismo suman otro condimento a la ya compleja negociación.
En paralelo, los libertarios y el PRO presionan por la designación de cargos vacantes en organismos como el Banco Provincia y la Contaduría General, lo que amplía la lista de demandas hacia el Ejecutivo. En ese contexto, el proyecto de condonación de deudas aparece como una pieza central de una negociación que, más allá de los números, definirá el nivel de poder político que Kicillof logrará retener en la Legislatura.