Con el tiempo primaveral alterado llegaron las discusiones que pondrán a la Legislatura bonaerense en el centro de la mesa. Axel Kicillof apuntó a acelerar el Presupuesto 2026 para consolidar su influencia en el entramado legislativo. La renovación de autoridades en la Cámara de Diputados y las jefaturas de bloque promete abrir una nueva disputa interna con el cristinismo y el massismo, que aún conservan peso en las estructuras del poder peronista.
El Gobernador apuesta a que la nueva composición del Parlamento provincial que le permita fortalecer su margen de maniobra política. Con una bancada propia más nutrida y el respaldo de un grupo creciente de intendentes, Kicillof pretende ganar autonomía frente a los sectores que responden directamente a Cristina Kirchner y a Sergio Massa, quienes hasta ahora conservaron el control de espacios clave dentro del oficialismo.
El proyecto de Presupuesto 2026 ingresará formalmente esta semana y se prevé que la discusión legislativa se extienda hasta comienzos de diciembre. En el entorno del mandatario bonaerense confían en que esta vez logrará la aprobación, luego de que el Presupuesto anterior quedara prorrogado por falta de consenso político. No obstante, admiten que el apoyo del Frente Renovador será determinante, lo que anticipa negociaciones intensas y de final incierto.

La discusión presupuestaria se superpone con otra puja de alto voltaje: la definición de los cargos estratégicos en la Cámara de Diputados. La presidencia del cuerpo, actualmente en manos del massista Alexis Guerrera, y las jefaturas de bloque, controladas por La Cámpora, serán el terreno de disputa más visible en la interna peronista. En los despachos de La Plata ya circulan nombres que marcan el pulso de la tensión: Mayra Mendoza, Mariano Cascallares y el propio Guerrera suenan como posibles protagonistas del recambio.
Desde el entorno del Gobernador aseguran que la prioridad de Kicillof es garantizar la gobernabilidad y aprobar las “herramientas básicas” para la gestión: el presupuesto, la ley impositiva y el acceso al crédito. Sin embargo, puertas adentro reconocen que el reparto de poder legislativo será un indicador del equilibrio interno del peronismo en la nueva etapa. “No se trata solo de nombres, sino de quién conduce el proyecto político en la Provincia”, sintetizó un dirigente kicillofista.
En el Senado y en Diputados, La Cámpora mantiene hasta ahora la conducción de los bloques, con Teresa García, quién asumirá el 10 de diciembre como diputada nacional y Facundo Tignanelli como referentes. Ambos responden directamente a Cristina Kirchner y son piezas clave en la estrategia del cristinismo para conservar influencia institucional. Desde el entorno camporista relativizan los movimientos del Gobernador y aseguran que “la unidad del peronismo bonaerense no está en discusión”, aunque admiten que habrá “reacomodamientos naturales”.

Los resultados de las últimas elecciones legislativas modificaron parcialmente la correlación de fuerzas. De los nuevos 21 diputados que ingresarán por el peronismo, ocho pertenecen al Movimiento Derecho al Futuro, el espacio político de Kicillof, mientras que el resto se distribuye entre La Cámpora, el massismo y dirigentes de otros sectores. En el Senado, el Gobernador también ganó representación propia, lo que podría traducirse en un bloque más equilibrado.
El respaldo territorial también aparece como un factor clave. Más de 40 intendentes bonaerenses firmaron recientemente un documento en el que ratificaron su apoyo a Kicillof y destacaron su rol como “líder de la reconstrucción de una esperanza para las mayorías”. El gesto fue interpretado como una señal de fortalecimiento político hacia adentro del oficialismo y un mensaje hacia los sectores que buscan condicionar la estrategia del mandatario.
Con la mirada puesta en el cierre del año, Kicillof intentará combinar la negociación política con la consolidación de su poder institucional. El desenlace de la pulseada legislativa definirá no solo el rumbo del Presupuesto 2026, sino también el mapa interno del peronismo bonaerense. En la Legislatura, donde los equilibrios son frágiles y las alianzas se tejen voto a voto, el Gobernador se prepara para una nueva batalla que puede marcar el tono de su segundo mandato.