En las últimas semanas, intensas lluvias y tormentas castigaron a distintas zonas rurales de la provincia de Buenos Aires dejando campos anegados, caminos intransitables y familias aisladas a su paso. En este contexto, desde el agro bonaerense salieron a reclamar a la gestión que lidera el gobernador Axel Kicillof
El primer fin de semana del mes, productores agropecuarios y vecinos realizaron un tractorazo masivo en el marco del Día Nacional de los Caminos, para exigir respuestas y obras que garanticen el mantenimiento de la red vial rural. Las protestas se replicaron en distintos distritos del centro y noroeste bonaerense, donde las lluvias intensas agravaron un escenario de emergencia.
Las precipitaciones de las últimas semanas obligaron al abandono de viviendas rurales y provocaron el aislamiento total de numerosas familias. En partidos como Carlos Casares y 9 de Julio, el agua cubre amplias extensiones productivas, y las defensas improvisadas por los vecinos no lograron contener el avance. En muchos casos, los caminos rurales quedaron completamente destruidos, impidiendo la circulación y el acceso a los parajes.

El ingeniero Claudio Velasco, especialista en recursos hídricos, explicó que gran parte de la situación pudo haberse evitado con una planificación adecuada. “Existe un déficit histórico de infraestructura hidráulica; hacen falta unos 9.600 millones de dólares solo para la cuenca del Salado”, advirtió. El fenómeno se agrava tras años de sequía, seguidos por lluvias extraordinarias en pocos meses.
A la crisis hídrica se suma la falta de respuestas oficiales y las promesas incumplidas que se acumulan desde hace décadas. Los productores denuncian pérdidas millonarias, mientras la actividad agropecuaria —motor económico de la región— sufre el impacto directo del agua y la imposibilidad de acceder a los campos.
Esta semana, una nueva tormenta volvió a golpear el centro y sudoeste bonaerense con ráfagas superiores a los 100 km/h, granizo y lluvias que superaron los 140 milímetros.

Con este panorama, Carlos Bianco, ministro de Gobierno bonaerense, se hizo eco de los acontecimientos y remarcó: “ha llovido más del doble de lo habitual en un año” y señaló que la Provincia trabaja junto a los municipios para asistir a las familias afectadas y evaluar los daños, en medio de una emergencia que parece no dar respiro.