En el marco de los últimos días de campaña hacia las elecciones legislativas nacionales del 26 de octubre, Fuerza Patria transita el último tramo electoral en la provincia de Buenos Aires con una estrategia clara: evitar grandes actos, sostener una agenda territorial intensa y reforzar la presencia de gestión. El enfoque elegido repite el esquema que funcionó en los comicios del 7 de septiembre, donde el peronismo logró una victoria contundente frente a La Libertad Avanza.
Con Axel Kicillof como principal figura, el oficialismo bonaerense apuesta a mantener un perfil austero pero activo. En lugar de cerrar con un acto centralizado, como solía ocurrir en campañas anteriores, se desplegará una agenda cargada con recorridas por el Interior y el Conurbano, visitas a obras, encuentros con sectores afectados por el ajuste nacional y actividades de gestión tal como sucedió en el tramo final previo a las elecciones bonaerenses.
El Gobernador bonaerense ya visitó Ramallo y Pergamino este martes, y continuará el miércoles en Carlos Tejedor y General Pinto. En paralelo, el primer candidato a diputado nacional, Jorge Taiana, desarrollará su propia agenda en distritos clave: encabezará actos en Zárate y Moreno, junto a referentes sindicales, militantes y dirigentes del peronismo local.
Desde el kicillofismo aseguran que no necesitan “mostrar fuerza” con grandes escenografías, sino mantener la coherencia de un discurso que pone el foco en la defensa del Estado, la educación, la obra pública y la cultura. La apuesta es doble: evitar internas innecesarias y reforzar la polarización con Javier Milei, a quien acusan de haber deteriorado el nivel de vida en tiempo récord.
A diferencia de septiembre, los intendentes del PJ no tienen un rol tan protagónico. Muchos de ellos ya fueron candidatos en esa instancia y ahora se corren a un segundo plano, aunque siguen articulando en sus territorios. De todos modos, la estructura peronista se mantiene activa, con fiscalización organizada y un fuerte llamado al voto en el último tramo.
Las encuestas que manejan en La Plata muestran una ventaja para Fuerza Patria que oscila entre los 7 y 10 puntos en la provincia de Buenos Aires. Aunque reconocen que la brecha podría achicarse respecto a la elección anterior, mantienen el optimismo de lograr otra victoria contundente en el distrito más importante del país.
El oficialismo bonaerense también ajustó su narrativa para esta etapa: lejos de mensajes defensivos, plantea una “disputa de modelos” con el libertarismo. En cada aparición pública, los candidatos peronistas insisten en que son la única alternativa real para frenar las políticas de ajuste y desguace del Estado que impulsa el Gobierno nacional.
En ese contexto, la campaña de Kicillof se orienta a consolidar una imagen de cercanía, trabajo y coherencia. Participó de la caravana del 17 de octubre en apoyo a Cristina Kirchner y ahora refuerza su presencia en el interior para exhibir gestión frente al discurso anticasta que promueve Javier Milei.
El acto final aún no tiene confirmación oficial, pero podría realizarse el jueves por la tarde en la Universidad Nacional de Quilmes, en el marco de la asunción de la nueva conducción de la Juventud Universitaria Peronista. Sería un cierre simbólico, sin grandes aparatos, pero con fuerte carga política e institucional.
Con un electorado movilizado, una estructura territorial firme y una campaña que apuesta a la gestión antes que a los discursos, Fuerza Patria llega al domingo con moderado optimismo. La expectativa: consolidar su liderazgo en Buenos Aires, clave para frenar el avance del oficialismo nacional y proyectar el rumbo del peronismo hacia el futuro.