En una sesión cargada de tensión y cruces picantes, la Cámara de Diputados de la Nación aprobó este miércoles una reforma clave que modifica el control sobre los Decretos de Necesidad y Urgencia. El proyecto, impulsado por la oposición, obtuvo 140 votos a favor y pone en jaque una herramienta central del Gobierno de Javier Milei. El oficialismo, en minoría, denunció un intento de bloqueo político.
La iniciativa obliga al Ejecutivo a conseguir el aval del Congreso en un plazo de 90 días para sostener sus decretos, y permite que el rechazo de una sola cámara los deje sin efecto. De este modo, se elimina la “sanción ficta” que, desde la gestión de Cristina Kirchner, permitía validar decretos si el Congreso no se pronunciaba. Así, se fortalece el rol del Legislativo como contrapeso.
Desde el oficialismo ya adelantaron que el presidente podría vetar la ley si llega al Senado. El debate se dio en medio de un clima económico complejo y con la Casa Rosada bajo presión. Para la oposición, se trata de devolverle centralidad al Congreso; para el Gobierno, es un ataque directo a su capacidad de gestión. El tablero político, otra vez, se reconfigura.