El temblor que dejó la renuncia de José Luis Espert como candidato a diputado nacional sigue sacudiendo a La Libertad Avanza. En medio del reacomodamiento interno y del escándalo por presunta vinculación narco, Diego Santilli tomó la posta y pidió formalmente que se reimpriman las boletas con su rostro. “Es lo más transparente. El elector tiene que ver la cara de la persona a la que vota”, aseguró el exvicejefe de Gobierno porteño, decidido a ponerse al frente de la campaña bonaerense.
Con la Boleta Única de Papel (BUP) debutando en la provincia de Buenos Aires, Santilli argumentó que la actual situación “no cumple con el principio de transparencia”, dado que Espert, quien debía encabezar la nómina, ya no es candidato. “No es transparente llegar al cuarto oscuro y que el que aparece en la boleta ya no compita”, insistió, en un reclamo que ya está en manos del juez electoral Alejo Ramos Padilla.
El magistrado convocó a una audiencia para este miércoles, en la que estarán representados el Gobierno, las fuerzas políticas y la fiscal Laura Roteta, quien ya dictaminó que la primera en la lista sea Karen Reichardt, segunda en la nómina original. Sin embargo, en la Casa Rosada persisten las gestiones para instalar a Santilli en el primer casillero y aprovechar su perfil de gestión y visibilidad mediática.

Consultado sobre la posibilidad de que el reclamo no prospere, Santilli fue claro: “Voy a seguir igual. Estoy para poner el cuerpo y el alma en esta campaña”. La frase no solo busca despejar dudas internas, sino también reafirmar su rol de figura visible dentro de un espacio donde Milei marca el ritmo, pero necesita soldados territoriales.
En medio del debate por el costo que implicaría reimprimir las boletas, estimado en más de 12 millones de dólares, Santilli relativizó el gasto y lo comparó con las elecciones desdobladas que impulsó Axel Kicillof. “Eso costó 85.000 millones. Si hubiéramos unificado, los ahorrábamos. Lo importante es que el sistema sea transparente”, lanzó, apuntando directo al Gobernador bonaerense.
La jugada de Santilli también es política: busca consolidarse como la nueva cara libertaria en Buenos Aires tras la caída de Espert, acorralado por el “narcoescándalo”. En ese marco, el PRO-libertario intenta mostrarse como un candidato de orden, con discurso moderado y experiencia de gestión, algo que Milei valora en medio del descontrol que provocó la crisis interna.

Pero mientras Santilli busca instalar su imagen como sinónimo de transparencia, un viejo fantasma vuelve a revolotear sobre su nombre. Desde la cárcel, el condenado por estafas Leonardo Cositorto aseguró haber aportado 32.500 dólares a la campaña del “Colorado” en 2021. “Yo le di plata. Que no me niegue”, disparó el líder de Generación Zoe, quien ya suma dos condenas por asociación ilícita.
El dirigente libertario negó cualquier vínculo con Cositorto y calificó la acusación como “una operación burda”. “No lo conozco, nunca tuve relación en mi vida”, sostuvo Santilli, intentando cortar de raíz una nueva polémica que amenaza con enredarse con los escándalos que rodean a Espert y a Fred Machado, el empresario ligado a aportes narcos.
Con el ventilador judicial girando a toda velocidad y las internas libertarias al rojo vivo, Santilli apuesta a mostrarse como la opción ordenada en medio del caos. Mientras espera que la Justicia decida si su cara aparecerá o no en la boleta del 26 de octubre, el “Colorado” se mueve como si ya fuera cabeza de lista: caminatas, actos con Milei y una consigna repetida como mantra: “Transparencia, claridad y cuerpo a la campaña”.