Con Axel Kicillof en Estados Unidos, la vicegobernadora Verónica Magario se hizo cargo del Ejecutivo provincial por estos días, a la vez que tomó las riendas del frente legislativo en la provincia de Buenos Aires. En medio de una situación financiera apremiante, aceleró negociaciones con legisladores opositores para intentar reunir los dos tercios necesarios que permitan aprobar el proyecto de endeudamiento que el Gobierno bonaerense considera clave para “desestresar” las cuentas públicas.
En los últimos días, Magario se reunió por separado con el jefe del bloque PRO, Cristian Gribaudo, y con Agustín Máspoli, referente de la UCR – Somos. También mantuvo conversaciones con Sergio Vargas, titular de Unión y Libertad, y con Teresa García, jefa del bloque oficialista, para mantenerla al tanto del tablero en construcción. El objetivo: habilitar la posibilidad de que la Provincia tome deuda por el equivalente en pesos a 1.047 millones de dólares.
El oficialismo tiene 21 senadores, pero necesita sumar diez votos opositores para alcanzar los dos tercios. No sólo enfrenta resistencias de bloques como La Libertad Avanza y UCR Cambio Federal, que condicionan su apoyo a un paquete más amplio que incluya Presupuesto y cargos, sino también cierta desconfianza interna. Algunos sectores del peronismo no ven con buenos ojos apurar definiciones antes de las elecciones del 26 de octubre.

En este contexto, Magario apunta a los sectores más flexibles del PRO y a los bloques menores, algunos de los cuales quedaron heridos tras el cierre de listas y podrían ahora buscar espacios de negociación. Según estiman fuentes parlamentarias, al menos cinco senadores del PRO podrían desmarcarse del acuerdo con los libertarios y habilitar la discusión del proyecto si hay margen para acuerdos puntuales.
El Ejecutivo bonaerense espera llevar el endeudamiento al recinto la próxima semana. La urgencia fiscal y el calendario electoral imponen un ritmo de rosca acelerado. Con los números aún en el aire, Magario apuesta al arte de la negociación para lograr que el “número mágico” aparezca y permita destrabar una votación clave para las finanzas provinciales.