La jornada del miércoles estuvo marcada por la tensión que se vivió en el Congreso nacional, donde finalmente se votó el rechazo a los vetos del presidente Javier Milei. Una de las perlitas de la sesión fue la acalorada discusión entre el presidente del bloque PRO en Diputados nacional, Cristian Ritondo, y su par de bancada, Silvia Lospennato, a la que luego se sumaron otros legisladores.
La tensión estalló tras una votación que mostró la falta de cohesión en la bancada amarilla: varios diputados desobedecieron la línea partidaria o directamente no se presentaron. Entre ellos, María Eugenia Vidal, Héctor Baldassi y la propia Lospennato, quienes votaron contra los vetos, generando la furia de Ritondo.
El quiebre quedó plasmado en un intercambio público. Alejandro Finocchiaro ironizó en el recinto sobre “coqueteos con el populismo”, lo que provocó la reacción de Lospennato, que se defendió de cualquier vinculación con el kirchnerismo y reivindicó su libertad de voto.
Ritondo retrucó: “Si ella puede votar como quiere, Finocchiaro también puede decir lo que piensa”.

Las diferencias no se reducen a un episodio aislado. Según fuentes legislativas, la reunión previa a la sesión fue “un infierno”. Ritondo exigió disciplina para respaldar al Gobierno, pero un sector de diputados, entre ellos Vidal y Lospennato, se negó, argumentando que los vetos de Milei no solucionan de fondo los problemas de gestión.
En los pasillos, la desconfianza se profundizó. Desde el ala más cercana al oficialismo acusan a Lospennato y a otros referentes de tener “una conducta reiterada de desobediencia” que consideran funcional al kirchnerismo.
En cambio, los disidentes sostienen que representan a sectores sociales que el Gobierno descuida y que el PRO debe ampliar su perfil hacia posturas más progresistas.
De un lado, Ritondo y los legisladores que buscan consolidar un PRO de centro-derecha alineado con Milei. Del otro, figuras como Vidal, Lospennato y Nacho Torres, que plantean un perfil distinto, con mayor autonomía y apertura política.

Desde el entorno del presidente del PRO bonaerense señalaron que analizan “sanciones concretas” contra aquellos diputados que sistemáticamente "voten en contra de la línea dispuesta por la conducción del bloque”.
Con las elecciones de octubre a la vista, el PRO enfrenta un dilema existencial. “Algunos se irán con Provincias Unidas, otros nos acercaremos más al oficialismo”, reconoció un legislador amarillo.
La pelea entre Ritondo y Lospennato no fue más que la punta del iceberg: el partido que alguna vez gobernó la Argentina ahora atraviesa la mayor crisis interna de su historia reciente, con un quiebre que parece inevitable.
Y el contexto también mucho que ver en la hora crítica que atraviesa el PRO: la derrota de la alianza entre amarillos y violetas en las elecciones bonaerenses caldeó los ánimos de todos los referentes y el panorama se pone peor teniendo en cuenta que las elecciones nacionales se acercan cada vez más.