jueves, 18 de septiembre de 2025 - Edición Nº3276
Cronos Noticias » Legislatura » 17 sep 2025 11:40

El trasfondo opositor

Cambio y reordenamiento del poder de los bloques opositores en la Legislatura bonaerense: alianzas, slogans y más

Tras la derrota del 7S, los bloques opositores inician un reacondicionamiento político para enfrentar a Kicillof y reconstruirse de cara a 2027. Nuevos nombres, viejas tensiones y alianzas a prueba.


  • Cambio y reordenamiento del poder de los bloques opositores en la Legislatura bonaerense: alianzas, slogans y más

En diciembre asumirán los nuevos legisladores y habrá una nueva conformación de la Legislatura bonaerense, la oposición comenzará un proceso de reorganización profunda. Tras el duro revés electoral del 7 de septiembre, en el que el peronismo se impuso con más del 47% de los votos, los bloques no oficialistas ya preparan un “rebranding político” para recuperar aire, ordenar sus internas y proyectarse hacia el 2027.

Como en el marketing, donde el rebranding implica cambiar logos, colores y eslóganes para revitalizar una marca, en la política legislativa bonaerense el concepto se traduce en nuevas alianzas, nombres, liderazgos y estrategias para no quedar rezagados frente al avance de Axel Kicillof y Fuerza Patria, que no solo ganaron bancas, sino que se fortalecieron simbólicamente como el espacio dominante logrando incluso quorum propio en el Senado.

Del otro lado, La Libertad Avanza y el PRO quedaron en la cuerda floja, atados por una alianza tensa que aún no define del todo si será fusión o ruptura. En números, la alianza liberal-conservadora logró 8 senadores y 18 diputados. Sin embargo, la hegemonía libertaria en las listas es clara: de los senadores, 7 responden a Milei y solo uno al macrismo; entre los diputados, 12 son libertarios y 6 del PRO.

Si se mantienen unidos, la oposición tendría 31 diputados y 16 senadores, consolidándose como la primera minoría frente al oficialismo provincial. Pero si se dividen, el PRO quedaría debilitado, con 11 diputados y 6 senadores, y los libertarios operarían con 19 diputados y 10 senadores. Todo dependerá de la negociación de liderazgos y del juego de poder interno.

Mientras tanto, el radicalismo atraviesa su propia fragmentación. La falta de acuerdo en el armado de listas provocó la escisión entre la conducción del Comité Provincia (encabezado por Fernández y Domenichini) y el sector de Maximiliano Abad. Los primeros impulsaron el espacio Somos Buenos Aires, que junto con peronistas no K, lilitos e intendentes sueltos, logró apenas el 5,25% de los votos.

Ese resultado les permitió ingresar 2 senadores y 5 diputados, suficientes para tener voz, pero no para convertirse en fuerza determinante. El interrogante es si la UCR, la Coalición Cívica y el vecinalismo podrán convivir dentro del bloque Somos Buenos Aires, o si continuarán como terceras vías dispersas.

En este posible armado, la bancada “intermedia” podría contar con 8 diputados (entre radicales, lilitos y vecinalistas) y 2 senadores. Pero el número varía según cómo se reacomoden figuras como Pablo Petrecca o María Paula Bustos, electos por el PRO, pero críticos de la fusión con Milei.

Además, se desconoce qué hará el sector de Abad, que aún mantiene presencia en UCR-Cambio Federal. Este bloque pasará de tener 6 senadores a solo uno, y de 9 diputados, conservaría apenas 4. Si finalmente se suman a Somos Buenos Aires, podrían consolidar un bloque opositor más robusto.

Por otra parte, la izquierda mantuvo su lugar en el mapa legislativo: el FIT logró revalidar sus dos bancas, sin crecer, pero tampoco retroceder. Su rol será el de siempre: oposición firme al oficialismo, sin mayor incidencia en la gobernabilidad, pero con fuerte presencia discursiva.

También sobreviven los libertarios dialoguistas, divididos en dos bloques: Nuevos Aires (3 diputados) y Unión y Libertad (6 diputados y 3 senadores). Ninguno logró sumar bancas en esta elección, lo que limita su peso. No obstante, podrían jugar un rol clave como aliados eventuales del peronismo en Diputados, aunque ya no son necesarios en el Senado, donde Fuerza Patria tendrá quórum propio.

En este nuevo tablero, cada movimiento opositor será clave. Las discusiones por quién lidera, cómo se vota y qué se negocia pondrán a prueba las alianzas de conveniencia que nacieron en campaña. La Legislatura que viene no solo será escenario de disputa parlamentaria, sino también de ensayo político para lo que todos ya miran: el 2027.

Con un peronismo fortalecido, los bloques opositores intentan cambiar de piel, sin romperse del todo, en un contexto donde la identidad, la coherencia y la estrategia pesan tanto como los números. Y aunque diciembre parece lejano, en política, el futuro ya empezó.

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