Con un show de casi nueve horas en su Birmingham natal, Black Sabbath cerró para siempre su historia arriba del escenario. El evento, que reunió fanáticos de todo el mundo bajo el título Back to the beginning, fue una despedida cargada de emoción y rock, con más de 2 millones de personas conectadas por streaming.
El recital se celebró en Villa Park, el estadio que vio volver a casa al cuarteto que inventó el heavy metal. Tony Iommi, Bill Ward, Geezer Butler y Ozzy Osbourne compartieron una última jornada épica, aunque no tocaron todo el tiempo: fue más bien un festival-homenaje, con amigos y leyendas del rock interpretando sus temas.
En la Argentina, ver el show costó $17.800 en modalidad pay-per-view, después de que las entradas volaran. La propuesta fue clara: una fiesta de despedida, no un show tradicional. Con edades que rondan los 75 años, los miembros de Sabbath eligieron una celebración al estilo Ozzfest, sin falsas promesas.
Entre los momentos más recordados, se destacó una potente versión de Breaking the Law con Billy Corgan y Tom Morello. También brilló Sammy Hagar haciendo Flying High Again. Así, Black Sabbath no solo dijo adiós: reafirmó su lugar como piedra fundacional del género que cambió la historia del rock.