Debido a la condena contra Cristina, su hijo y líder de La Cámpora, Máximo Kirchner, sostuvo en una entrevista que “es importante” el reencuentro que se realizó ayer entre dirigentes enfrentados por la interna del peronismo bonaerense en las inmediaciones del departamento donde se aloja la expresidenta en el barrio porteño de Constitución.
Además, el líder del PJ bonaerense señaló que más importante es llegar a “acuerdos que no debiliten las unidades”. En una entrevista televisiva, el legislador nacional sostuvo que quienes critican a La Cámpora por su intransigencia o falta de disposición al diálogo actúan por “pereza”, porque “repiten lo que dice Clarín” y “pivotean sobre una estigmatización previa” sobre la agrupación que conduce “para quedar bien con los medios”.
“Si esto se transforma en un festival de vanidades y egos, es mucho más difícil todavía”, argumentó Máximo. También apuntó contra la “dictadura de las encuestas y los focus groups”, y añadió: “Tuvieron que romper el vidrio de emergencia”, respecto de la ratificación de la condena sobre la expresidenta, abonó la idea de que se trata de una decisión política destinada a proscribirla.
“El blanco de ellos es el peronismo”, afirmó Máximo durante la charla con el periodista Gustavo Sylvestre, que había entrevistado a su madre nueve días antes. “A todo lo que es peronismo quieren domesticarlo”.
“Primero intentaron con Ficha Limpia. Querían cargarle al sistema político la proscripción de Cristina y no sucedió. Entonces tuvieron que romper el vidrio de emergencia y aparecieron estos tres señores”, afirmó Kirchner, en referencia a los jueces de la Corte. Sin embargo, advirtió que “el sistema representativo democrático está muy dañado por lo que ocurrió ayer”.
“Ojalá estén evaluando muy bien qué significa sacarle a la gente aquello por lo que quiere ser representada”, expresó Kirchner. “Yo espero que se den cuenta de este abuso de poder. Que midan las consecuencias del abuso de poder. Porque a veces creen que el pueblo está quebrado en su autoestima. Y el 19 y 20 de diciembre [de 2001] fue una reacción del pueblo que estaba cansado del abuso”.