En la tarde del miércoles un hombre fue víctima de la inseguridad cuando cuidó su vida y respetó las leyes viales. Cuatro delincuentes que portaban al menos un arma de fuego lo interceptaron y le sustrajeron la moto cuando se detuvo a responder un mensaje con el teléfono celular.
Alrededor de las 16:30 la víctima circulaba por la calle Azcuénaga, en Ramos Mejía, y cuando cruzó la intersección con Alvear se orilló sobre la mano derecha al recibir un alerta de WhatsApp.
A continuación y cuando enviaba una respuesta, cuatro sujetos que se desplazaban en dos motos lo rodearon y uno de los pasajeros lo abordó pistola en mano. El delincuente que se cubría el rostro con un casco le exigió que descienda del rodado y a continuación, sin dejar de apuntarle con el arma a corta distancia, lo sometió a un humillante bolsiqueo en busca de dinero y el dispositivo de comunicación.
Momentos después, sin lastimar al perjudicado, los violentos escaparon con las tres motos y con rumbo desconocido.
Doce horas antes y en la ciudad de San Pedro, un hombre que caminaba hacia la parada del transporte público para ir a trabajar, fue atacado por dos encapuchados que se movilizaban en una moto.
El violento suceso ocurrió en la intersección de las calles Honorio Pueyrredón y Litoral, donde uno de los delincuentes saltó del rodado y amenazó al trabajador con un cuchillo o una faca.
El muchacho no acató la orden del malviviente y retrocedió para no entregar la mochila y el resto de las pertenencias.
El encapuchado lo persiguió unos metros y como un mal cuchillero carcelario le arrojó algunas estocadas que, por fortuna, no llegaron a destino. Luego de pocos segundos y convencido de que no se podría imponer, el malandra corrió hacia la moto y se puso en fuga con el cómplice.