Amenazas, corridas y culatazos: motochorros atacaron a vecinos que esperaban un ómnibus en el Conurbano

Esperar un colectivo en el Conurbano bonaerense se convirtió en una actividad de altísimo riesgo. Los motochorros hicieron de las paradas del transporte público su coto de caza privado, productivo y de bajo riesgo. La madrugada del lunes la zona libre para la cacería estuvo ubicada en la intersección de las calles Colombia y Alicante, en Isidro Casanova.

En la esquina tres personas aguardaban una unidad de la línea 185: un joven de 21 años que se dirigía a trabajar a un comercio de Villa Urquiza, una mujer identificada como G., madre de la novia del muchacho, y un hombre que es vecino de toda la vida del barrio.

Violento ataque de #motochorros en #IsidroCasanova. Fueron cuatro y asaltaron a un grupo de amigos la madrugada del lunes.Ocurrió a 6 cuadras del robo simultáneo de autos del primer día de febrero@JaviAlonsook @MinSeg @justiciayddhhBA #CronosNoticias pic.twitter.com/FJOgr4alrr

— Cronos Noticias (@Cronos_Noticias) February 6, 2024

El reloj marcaba las 5:17 cuando desde la esquina de la calle Charrúa aparecieron dos motos con los cuatro "sospechosos de siempre".

En las imágenes que fueron captadas por dos cámaras de vigilancia privadas, a pesar que una está alejada de la esquina y la otra con un ángulo que no permite apreciar los detalles con claridad, se observa que los motochorros utilizaban cascos y cómo el pasajero de la primer moto en llegar, se lanzó sobre las víctimas.

"La persona a la que se ve correr primero por Colombia, regresar y doblar por Alicante, es mi hijo", le dijo Marcela a Cronos. "Las otras dos personas que estaban en la parada eran la mamá de la novia y un hombre al que conozco desde que llevaba a mis chicos al colegio y nos tomábamos el mismo colectivo", detalló la mujer.

La intención del muchacho fue llegar hasta su casa pero sólo pudo correr unos pocos metros: primero fue interceptado por la moto y luego alcanzado por un cómplice que llegó a pie.

"El que lo corrió y en el video se lo ve con un teléfono celular encendido, aprovechó que se resbaló y cayó al piso. Cuando lo tuvo tendido en la vereda le dio cuatro culatazos en la cabeza y le sacó la mochila en la que llevaba los documentos, el teléfono y otras pertenencias", indicó la mujer.

Al mismo tiempo los cómplices que se quedaron en la esquina hicieron lo propio con las otras víctimas.

"Al hombre le robaron pero no le hicieron nada, él les entregó todo, abrió la billetera y le sacaron todo el dinero", señaló Marcela.

A pesar de la distancia, una de las cámaras captó que la señora identificada como G. se resbaló en la vereda y rodó al pavimento.

"También le sacaron todo lo que tenía de valor y producto de la caída sufrió varias y diversas laceraciones en el cuerpo. Lo mismo ocurrió con mi hijo", le aseguró la mujer a este medio.

Instantes después los delincuentes escaparon con todo lo sustraído y hasta el momento continúan sin ser identificados.

Colorín colorado, este infortunio no ha terminado

"Mi hijo acompañó a G. a la casa y me llamó con el teléfono de la novia, me contó lo que les acaba de pasar y corrí para estar con él. Cuando estaba por salir a la calle escuché sonidos de motos y decidí llevar una cuchilla para defenderme", confesó Marcela.

Los vecinos de La Matanza están aterrados, en muchos casos piden reservar su identidad y que no se brinden demasiados detalles en las crónicas periodísticas. Siempre se respeta el pedido de las fuentes y se comprenden al considerar que algunas zonas están asediadas por el delito.

El último viernes CRONOS publicó un impactante robo de vehículos que ocurrió sobre la calle De los Incas, a solo 600 metros de este ataque de motochorros. (Ver Demencial raid delictivo en Casanova)

"Llamé cuatro veces a la policía, en esta zona tiene jurisdicción la Comisaría 2da. de Isidro Casanova, y tardaron mucho tiempo en llegar. Recibí un llamado, imagino que de la seccional, que me avisó que el móvil estaba en la puerta. Allí tuve un fuerte intercambio de palabras con ellos, les reclamé que ni siquiera encendieron las balizas y uno me respondió que no funcionaban", comentó la indignada mujer. "En ese momento me enteré que en Casanova sólo hay dos patrullas", agregó.

Los atacados, acompañados por la mujer, hicieron la denuncia y, de manera increíble, completaron los trámites en media hora.

"La policía nunca nos ofreció acercarnos al hospital a pesar de lo que acababa de vivir de mi hijo y por ello fuimos por nuestros propios medios al Paroissien. Allí le dieron un analgésico inyectable y antibióticos, también que por los golpes en la cabeza lo iba a ver un neurocirujano pero no había. En definitiva nos retiramos de ahí sin siquiera tener un turno y una fecha para realizar la interconsulta", señaló Marcela.

Este miércoles el muchacho saldrá de su casa y caminará una corta distancia hasta la parada donde aguardará el 185 para ir a trabajar. Sin patrullas que recorran las calles para prevenir delitos y con los delincuentes que se mueven con innegable impunidad, el muchacho enfrentará las consecuencias del trauma en soledad.