Un nuevo hecho de inseguridad en el partido de Quilmes. Cuatro motochorros atacaron a dos vecinos de Bernal oeste, con cien metros de distancia entre sí, y la buena fortuna permitió que fracasen en sus intenciones. Pero el miedo y mal momento que vivieron las víctimas no desapareció.
El primer hecho ocurrió sobre la calle 9 de Julio al 800 y quedó registrado por la cámara de vigilancia de un particular. Carla, de 25 años y bombera voluntaria de la localidad, salió de su casa y cuando caminaba hacia la avenida Dardo Rocha observó la llegada de dos motos con cuatro tripulantes.
Tenía el teléfono celular en la mano y lo guardó en el momento en que la primera pareja de delincuentes le pasó por delante y continuó hacia la calle Gral. Levalle. Instantes después, el segundo par que también venía desde la avenida, se abalanzó sobre la joven.
"Iba a hacer unas compras antes de pasar por el Cuartel de Bomberos y luego ir a trabajar a la heladería que esta en la esquina, en Dardo Rocha y Don Bosco", contó Carla a la prensa. "Los vi llegar cuando cruzaron en contramano la plazoleta de la avenida, los dos primeros me miraron y siguieron de largo, los que venían atrás me atacaron", continuó la joven.
En las imágenes que acompañan esta nota se observa que el motochorro que viajaba como acompañante se tiró encima de Carla y la sujetó por la espalda.
"Me arrebató el celular pero, no sé cómo hice, forcejeé, se lo saqué y lo tiré a la casa un vecino. En ese momento me tironeó y me quitó la cartera donde tenía los documentos y otros elementos personales, también el aparato para medir la glucosa, algo fundamental por mi condición de diabética", detalló la muchacha.
Carla no se dejó robar, corrió al rastrero unos metros y recuperó el pequeño bolso.
"Mi papá escuchó los gritos y salió a la vereda, vio cuando escapaban los motochorros y me vino a auxiliar. No me hicieron ni robaron nada, pero la situación provocó que me baje la glucosa en ese momento", relató la joven. "Los otros dos que pasaron primero, en la otra cuadra, intentaron asaltar a un chico y se le escapó a la carrera", indicó la muchacha.
Luego de algunos minutos y ayudada por una gaseosa, Carla se recompuso un poco para, en ese estado, ir a trabajar a la heladería.