Una pareja de motochorros tuvo un disgusto la noche del jueves cuando una víctima se les escurrió como agua entre los dedos. Faltaban pocos minutos para las 22 y circulaban por la calle Canadá al 4700, en San Justo, donde se cruzaron con un solitario joven que caminaba por la vereda en dirección contraria, hacia la calle Charrúa.
Los delincuentes continuaron unos metros hasta la intersección con Soldado Moreno donde dieron la vuelta en U para ir sobre la futura víctima que a esa altura circulaba por el asfalto.
El muchacho manipulaba el teléfono celular y alzó la vista cuando el sonido del motor le avisó que la moto regresaba. A continuación todo fue vértigo: el motochorro que viajaba como acompañante le reclamó el teléfono y bajó del rodado pero ya era tarde; el chico cruzó la calle a la carrera y como cebo le tiró la vieja mochila de tela para luego, sin dificultad, saltar las rejas de una casa donde se refugió para proteger el teléfono celular.
Los frustrados motochorros aceptaron la derrota y se alejaron del lugar con el magro botín.