Por Agustina Miranda
La novena edición del Laboratorio de Tendencias tuvo lugar el pasado jueves 30 de noviembre en el hall principal del Pasaje Dardo Rocha, ubicado en calle 50 entre 6 y 7 de la ciudad de La Plata, donde los grandes creadores compartieron sus proyectos bajo el concepto “Rebrotar”, una fusión de los elementos de la naturaleza plasmados en una propuesta artística dentro del mundo de la moda.
El evento contó con la presentación de prendas y productos a cargo de estudiantes de la Facultad de Diseño y Comunicación de la Universidad del Este (UDE), mientras que la coordinación de cada detalle estuvo bajo la responsabilidad de alumnos de Relaciones Públicas y la decoración del espacio fue gracias a los jóvenes de Diseño de Interiores; por lo que las prácticas pre-profesionales no sólo tuvieron una gran presencia sino que lideraron la noche.

La jornada contó con más 800 personas en el público que colmaron todo el espacio del Pasaje Dardo Rocha: filas a la izquierda y derecha de la pasarela, muchas más personas en el centro y grandes grupos que sonaron con fuerza desde los pisos de arriba.
Cabe remarcar que las entradas para concurrir al evento eran equivalentes a un alimento no perecedero, por lo que al final de la noche aseguraron que se recaudaron más de 700 productos y todo serán a beneficio de la Fundación CONIN, quienes luchan contra la desnutrición infantil.

En ese sentido, cada pasada tuvo su propio recorrido y camino de investigación; tal fue el caso de la segunda pasada, donde tomaron como inspiración una exposición artística de la referente Marta Minujin y lograron una “deconstrucción de camisas existentes”, según comentaron las responsables.
Otro de los casos fue el del grupo de trabajo que se inspiró en el artista argentino Louta, donde retrataron su estética, espíritu y carisma en un proyecto de sastrería pensado para utilizar en escenarios y en grabación de videoclips.

Además, la emoción no tardó en llegar en uno de los últimos momentos de la noche, cuando un equipo de estudiantes presentó su tesis, el último paso antes de recibirse e integrarse al universo laboral. Los jóvenes demostraron de lo que están hechos, por qué llegaron hasta ese punto de la carrera y cerraron con el broche de oro final.
Sin dudas, el minuto a minuto se vivió como una fiesta, desde los estudiantes que con ansias y motivación mostraron sus productos, hasta sus familiares y amigos al pie del cañón apoyando sus presentaciones y los aplausos interminables que premiaron el profesionalismo y compromiso de cada persona a cargo.

Por Agustina Miranda | Especial para Cronos Noticias