En la provincia de Buenos Aires el robo de automotores es una constante y con diferentes modalidades: los modelos más nuevos a mano armada o con inhibidores antes de clonar la computadora de a bordo. A los más antiguos, como este Chevrolet Corsa del 98, les rompen alguna ventanilla o les violentan las cerraduras.
Los altos costos de reposición y la falta de autopartes, además de la facilidad con la que los "levantan", hicieron que los autos viejos sean requeridos en el mercado ilegal, en los desarmaderos que no fueron atacados durante la gestión de Sergio Berni, que pudo ser el destino de este vehículo robado en la localidad de Banfield.
Al menos dos sujetos que se movilizaban en una camioneta Peugeot rural por la calle San Martín al 1100, detectaron el Corsa estacionado sobre la vereda de la arteria desierta y se lanzaron.
El que viajaba en la caja de la vieja camioneta, con capucha y visera, miró a las cámaras de vigilancia de un vecino, les sonrió y se puso manos a la obra. Primero lo intentó por la puerta del acompañante pero, finalmente, accedió a la cabina del Corsa por la puerta del conductor.
Como si tuviera una llave maestra y en pocos segundos, el delincuente puso en marcha el vehículo y escapó en dirección al centro de Lomas de Zamora. Los vecinos están muy enojados y afirman que los robos ocurren a toda hora porque no hay presencia policial.
Cuatro días después el Chevrolet Corsa familiar no apareció.