Trompadas, culatazo y una patada en la cabeza para robar en un almacén de barrio

El partido de Morón es el más igualitario del Conurbano bonaerense. Ejemplo de ello es Jorge, dueño de un pequeño almacén instalado en la localidad de Castelar, que la noche del lunes fue víctima de la inseguridad como lo fue alguna vez el intendente Lucas Ghi y su custodia.

Faltaban 10 minutos para las 20, y unos pocos más para la hora del cierre, cuando delincuentes armados y a la carrera entraron al local ubicado sobre la calle Navarro al 2300. Los sujetos, desde el vamos y de manera innecesaria, exhibieron un gran nivel de violencia que debieron soportar Jorge y un cliente.

Los dos primeros en ingresar, como tornados y a los gritos, arrancaron una pequeña mampara instalada sobre el mostrador. A continuación uno de ellos se subió y golpeó al almacenero, le dio una patada en la cara y trompadas en la cabeza para que no se resista.

Con la situación controlada no perdió el tiempo en sacar el dinero de la caja, agarró el cajón y lo sustrajo también.

Al mismo tiempo el cliente fue puesto de rodillas, recibió un culatazo en la cabeza y, mediando amenazas con un arma de fuego, le exigieron las llaves de la moto que había estacionado en la vereda.

El tremendo suceso duró alrededor de 30 segundos, una eternidad para las víctimas, tiempo suficiente para sustraer la recaudación y un poco de mercadería.

"Eran cinco, cuatro que entraron encapuchados al local y uno que los esperó en la calle en un auto", le relató Jorge a Telenueve. "Se llevaron la plata que había en la caja y el dinero que tenía el cliente, pero la moto no se la llevaron", aseguró.

Producto del culatazo que le dieron en la cabeza, el hombre que fue puesto de rodillas recibió puntos de sutura.

"Andaban en un Renault Clío color negro, se bajaron y entraron a la carrera. Dan vueltas por el barrio y no pasa nada", denunció Jorge, molesto con la policía y su inacción.