En la mañana del martes, alrededor de las 7, una banda de delincuentes fuertemente armados, intentó robar el auto a un hombre cuando lo sacaba del garaje de su casa, en el barrio de Mataderos. Un efectivo policial que realizaba el habitual rondín por la cuadra, intervino al escuchar los gritos de una hija de la víctima, respondió el ataque de los malvivientes y los puso en fuga.
"El policía nos salvó la vida", dijo la joven en declaraciones televisivas.
Siete delincuentes a bordo de dos Renault Logan, uno de ellos robado durante la madrugada, interceptaron al hombre cuando se dirigía al trabajo y llevaba a las hijas de 20 y 22 años a la facultad.
En momentos en que una de las jóvenes se disponía a cerrar el portón, cuatro sujetos bajaron de los autos que frenaron en la puerta de la vivienda ubicada en la calle José León Suarez al 2500.
Arma en mano rodearon el auto familiar y amenazaron al hombre para que lo entregue. Aterrada por la situación y la violencia de los hampones, la muchacha que estaba en el auto junto al padre gritó desesperada.
Los alaridos de la chica alertaron al efectivo de la Comisaría Vecinal 9 A que custodiaba la zona. El uniformado corrió hasta el lugar y al ver lo que ocurría dio la voz de alto. Cuando uno de los delincuentes abrió fuego, el oficial se parapetó detrás de un auto estacionado y habría disparado al aire en dos oportunidades.
Los malvivientes que no esperaban un enfrentamiento abortaron el robo, subieron a los vehículos en que llegaron y escaparon en direcciones opuestas. El auto gris huyó por la vereda hasta avenida Directorio, giró a la izquierda y siguió en dirección a la Gral. Paz. El rojo optó por avanzar por José León Suárez, hacia Villa Lugano, donde la banda se reagrupó y continuó con el raid delictivo.
En cercanías a la villa conocida como Ciudad Oculta sustrajeron una VW Suran y emprendieron una nueva fuga. Pocos minutos después, personal de Policía de la Ciudad que estaba tras sus pasos, los detectó y se produjo una nueva balacera.
Momentos después los siete malvivientes abandonaron los Renault y, a bordo de la Suran, escaparon con rumbo desconocido.