La firma es una representación gráfica del nombre de una persona que se utiliza como prueba de identidad.
Es de carácter legal y tiene el objetivo de identificar, asegurar o autentificar la identidad de una persona. También se usa como prueba de consentimiento, de verificación y de aprobación de la información contenida en un documento.
La firma tiene su origen en la Antigüedad. Los escribas -quienes reproducían libros a mano- dominaban la escritura y el gobernante sellaba decretos o edictos usando un anillo o un troquel para autentificar el escrito.
Posteriormente, en el Medioevo, se generalizó en los monasterios, donde la caligrafía y la criptología eran dominio de los religiosos.
Décadas atrás, en algunos países donde el porcentaje de analfabetos era muy alto, se les hacía firmar con una X como firma propia hasta que finalmente apareció la huella digital.
En la actualidad, también se utiliza la firma digital que permite identificar la identidad de una persona de manera virtual.