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Cronos Noticias » En Foco » 28 mar 2017 17:44

Más de cien días sin ministro

Ministerio de Producción: un sillón vacío con una historia llena de particularidades

El 14 de marzo, trabajadores del Ministerio de Producción celebraron de forma simbólica en las puertas de la Gobernación, los cien días de acefalia en una de las carteras más importantes del organigrama de gestión provincial.


  • Ministerio de Producción: un sillón vacío con una historia llena de particularidades

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Por N.M.

Este vacío, que es la primera vez que ocurre en años, deja a la vista dos cuestiones: por un lado el desinterés de la actual gestión por las políticas industriales y productivas; y por el otro, la evidencia de que el Ministerio de Producción -con sus anexos y separaciones- no es más que una suerte de catapulta política. Y su historia lo demuestra.

Durante la gobernación de Eduardo Duhalde, entre 1991 a 1999, tuvo tres cambios de ministros,(aunque uno repetido) y un cambio de nombre.

Hasta abril de 1997el jefe de la cartera de Producción y Empleo fue Carlos Brown y lo sucedió Victorio Migrario, que duró solo unos meses. Este último fue intendente de Salto y uno de los directores del Banco Provincia procesados por otorgar un crédito incobrable de 106 millones de dólares concedidos en el marco de la presunta venta a “precio vil” del predio ferial de Palermo.

A principios de 1999 se comenzó a llamar solo Ministerio de Producción, y Duhalde convocó nuevamente a Brown hasta el 99. Brown, oriundo de San Martín, intentó obtener un segundo mandato al frente de su intendencia en ese año, pero fue derrotado por Ricardo Ivoskus.  Actualmente es diputado nacional por el Partido FE y presidente del Movimiento Productivo Argentino, además de ser un hombre cercando a Eduardo Duhalde.

En 1999, cuando asumió Carlos Ruckauf como Gobernador, tomó la batuta en el Ministerio de Producción, Federico Scarabino, que años más tarde fue ministro de Gobierno de Felipe Solá; jefe del Senado cuando a Alberto Baletrini sufrió un ACV durante el sciolismo; y ahora es uno de los hombres cercanos a María Eugenia Vidal.

El cimbronazo de 2001 cambió el tablero político. Eduardo Duhalde tomó la presidencia y Ruckauf lo secundó en el ministerio de Relaciones Exteriores y Culto dejando su cargo de Gobernador, con lo cual Solá saltó varios escalones y quedó como mandatario bonaerense de una provincia tan encendida como el resto del territorio nacional.

La nueva ley de Ministerios conformó el Ministerio de Producción y Asuntos Agrarios. Asumió, en ese entonces, quien hasta ese momento era intendente de Benito Juárez, Rafael Magnanini. Estuvo desde septiembre de 2002 a diciembre de 2003, cuando fue reemplazado por Indalecio Oroquieta, que venía de completar un año de mandato en la intendencia de Tandil. Duró cuatro meses en esa cartera.

Tras esa etapa, llegaron los pesos pesados, pero sus estadías también fueron para el olvido.

De inicios de 2004 a finales del 2005, cambió su denominación a Ministerio de Producción y por allí pasaron dos ministros: nada más ni nada menos que Gustavo Lopetegui, CEO de LAN y coordinador del gabinete económico del gobierno de Mauricio Macri; y Martín Lousteau, luego presidente de Banco Provincia, ministro de Economía de la Nación entre 2007 y 2008, diputado nacional y actualmente embajador en Estados Unidos.

Entre el periodo 2006 al 2008 nuevamente se convirtió a Ministerio de Producción y Asuntos Agrarios; y estuvo al mando de Débora Giorgi, que dejó la Provincia para pegar el salto hacia el Ministerio de Industria de la Nación durante la gestión de Cristina Fernández de Kirchner. La mujer, una economista integrante de la Unión Industrial Argentina (UIA), supo acomodarse al traspaso del gobierno de Solá al de Daniel Scioli, y fue quien logró la sanción de la Ley de Promoción Industrial de la Provincia.

Entre 2008 y 2011, durante la gestión sciolista, nuevamente el nombre quedó desmembrado a Ministerio de Producción. De noviembre a abril de 2009, el fallecido Alejandro Arlía encabezó el área, para luego saltar a Infraestructura. Tomó su lugar Martín Ferré.

Finalmente, en un hecho histórico, desde el 2011 al 2015 el ministerio -que pasó a ser de Producción, Ciencia y Tecnología- tuvo un jefe que duró la gestión completa del Gobernador: el ex intendente de Bahía Blanca, Cristian Breitenstein.

LA CONTINUIDAD DE LA TRADICIÓN

 

En resumen, de 1991 a 2016, la cartera cambió de nombre y de ministros sistemáticamente. La llegada del actual gobierno de Cambiemos no fue la excepción.

Cuando la gestión de María Eugenia Vidal tomó nota de las patas políticas que le faltaban para completar el esquema, no tuvo mejor ministerio que entregar. Así, cumplió en mínima cuota con el radicalismo al darle el Ministerio de Producción, Ciencia y Tecnología a Jorge Elustondo; pero unos meses después decidió dividir el área para darle la primera parte al ex massista Joaquín De La Torre, como un “premio político”.

Sin embargo, De la Torre siguió la tradición de la catapulta política al dedillo: a los cuatro meses, dejó vacío el sillón de calle 51 entre 10 y 11 para acomodarse en las oficinas de Calle 6, bien cerquita de la gobernadora, en el Ministerio de Gobierno, dejando vacío el sillón de Producción.

Dentro del periodo de acefalia que aún tiene ese Ministerio, los rumores que recorren los pasillos ministeriales hablaban -en un momento- de la posibilidad de que el diputado Marcelo Daletto, un hombre peronista dentro de Cambiemos, supliera el rol de De la Torre. Así mismo, trascendió que una de las ideas de Vidal era anexar Producción al Ministerio de Agroindustria, cuestión que -después de todos los vaivenes la cartera- no es del todo descabellada, especialmente porque el hombre que tiene la firma de algunos expedientes es el ministro de esa área, Leonardo Sarquís.

Así las cosas, habrá que esperar quien será el nuevo bendecido con un ministerio, que parece al parecer, se parece más a una sala de espera de una catapulta política.

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