Por Cronos
Fugaz fue la estadía del peronista Francisco Echarren al mando de la Subsecretaria de Tierras, Urbanismo y Vivienda en el gobierno de María Eugenia Vidal. Su arribo, allá por diciembre de 2016 generó sorpresa, como así su repentina partida a tan solo tres meses de haber asumido. Pero ¿cuáles son los motivos por las que el joven intendente de Castelli pegó el portazo? Veamos:
Echarren 37 años, alcalde del pequeño distrito de Castelli (cerca de 10 mil habitantes), con poco peso territorial, saltó a ser conocido en los medios periodísticos por haberse sumado al Gabinete de Vidal, siendo un declarado intendente ultra K. Tuvo estrechos vínculos con La Cámpora, fue integrante de “Los Oktubres”, espacio de intendentes de paladar duro dentro del kirchnerismo durante la campaña de 2015. Durante el 2016 se integró al Grupo Fénix comandado por los intendentes Verónica Magario (La Matanza) y Gustavo Menéndez (Merlo) y de perfil menos dialoguista y más crítico que el Grupo Esmeralda. Ese jefe comunal, que en sus tiempos de mayor efervescencia kirchnerisra, no dudó en querer ponerle “Julio De Vido” a un barrio beneficiado por un plan de viviendas. Echarren se convirtió en la figura de los pases de Cambiemos.

El arribo de Echarren presentó una victoria simbólica para la gestión Vidal, se sumaba a otro peronista, a una lista que ya contaba con el intendente de Azul, Hernán Bertellys proveniente del FpV y el intendente de San Miguel, Joaquín De la Torre, proveniente del Frente Renovador, quien además llegó para ocupar el estratégico sillón del Ministerio de Gobierno. Uno de los enlaces para generar el pase fue el subsecretario de Gobierno y Asuntos Municipales, Alex Campbell.
Desde un principio, Echarren intentó aclarar su desembarco: “Yo soy peronista”, repitió en las entrevistas concedidas en ese tiempo e intentó aclarar que su incorporación a la administración bonaerense “no era” un pase a Cambiemos. Ante sus íntimos, justificaba su accionar: “Siendo solo el intendente de Castelli no tengo futuro político”, confesó. Su análisis se basó en aprovechar la oportunidad de pegar el salto al Ejecutivo bonaerense, con la posibilidad de abrirse juego y ser más conocido, consiente del poco peso electoral de su distrito, sobre todo dentro del peronismo, que en la Quinta Sección, es dominada por otros alcaldes.
El arribo de Echarren también tuvo otras variantes, dentro del tablero de las internas calientes del peronismo en el 2016. Por esos días, legisladores e intendentes del Grupo Esmeralda lo tildaron de “traidor”. “Echarren decía que había que ‘perseguir a los traidores’ y que bancaba a Cristina”, bramó un legislador. Pero, dato no menor, tal y como publicó CRONOS, en varios despachos municipales de la Primera Sección afirmaron -por esos días- que el desembarco de Echarren “no fue una traición”. Según pudo reconstruir este portal, el Grupo Fénix -consiente de no tener los legisladores que el Grupo Esmeralda posee y con la bronca de haber quedado “afuera del reparto” en la discusión del Presupuesto 2016- decidió sentarse a negociar y tender puentes subterráneos con Gobernación. El enlace para estas conversaciones fue con el ex massista Joaquín De la Torre. El Grupo Fénix, con ciertos recelos, avaló el desembarco de Echarren en Provincia como un “globo de ensayo” para ver futuros arribos a algún cargo. El que generó ese camino fue “El Tano” Menéndez, de relación muy cercana con Echarren (incluso lo llevó a Roma en mayo del 2016 a ver al Papa Francisco). Como adelantó CRONOS, las “ambiciones” de Menéndez son variadas e incluso sueña con ser el presidente del PJ bonaerense. Semanas antes del arribo de Echarren, Vidal le ofreció a Menéndez un puesto en su Gabinete, ante su necesidad de contar con un hombre fuerte del Conurbano. La oferta fue rechazada por “El Tano”, pero con los días se produjo el pase del alcalde de Castelli.

A tres meses de aquellos movimientos subterráneos, Echarren renunció a su cargo provincial. Pero surgen datos a analizar su cortísima gestión al frente de la Subsecretaria de Tierras, Urbanismo y Vivienda que está bajo la órbita del Ministerio de Infraestructura. El primero fue que su llegada fue cercana al cambio de ministro en Infraestructura, donde Edgardo Cenzón se iba y dejaba su puesto Roberto Gigante. El nuevo ministro, según se pudo saber CRONOS, tuvo varios cortocircuitos con Echarren. Además, el alcalde peronista tampoco tenía buena relación con el titular del Instituto de la Vivienda, Evert Van Tooren, e incluso desde Calle 6, el jefe de Gabinete, Federico Salvai no lo veía con buenos ojos.
Otro de los motivos que trascendió fue la “promesa incumplida” de formar la Agencia de Tierras y Viviendas con rango ministerial que quede en manos de Echarren. A la lista suma la compleja relación con los intendentes, tanto de Cambiemos como del peronismo, cimentados en la “desconfianza” a su giro político de 180 grados. El escenario electoral también jugó su parte, desde su entorno de Echarren hablaron de una “incomodidad” por el rumbo político que tomó en los últimos meses Vidal, sobre todo en la dureza con la que se maneja en n varios frentes, en especial en el conflicto que mantiene con los docentes.
Bajo este marco, CRONOS pudo saber que sobre la decisión de Echarren, en las últimas horas, se dio un cónclave de gran importancia. En su despacho del edificio de Infraestructura, ubicado en la Avenida 7 entre 58 y 59 de La Plata, Echarren se reunió con “El Tano” Menéndez por más de dos horas. La reunión fue tan urgente e importantem qe el joven intendente pidió expresamente a su colaboradores no ser interrumpidos “por ningún motivo”. “Se aceleraron los tiempos del debate electoral y yo soy un hombre del peronismo que se siente cómodo ahí”, dijo Echarren ante los medios al justificar su renuncia. Horas después, de puño y letra, le escribió a Vidal una carta dándole los motivos de su renuncia.
Con su salida anunciada a los medios periodísticos, comenzaron a llover llamadas al celular de Echarren. Dato no menor, uno de los primeros llamados fue de Sergio Massa. Nada casual, cabe recordar que en septiembre de 2016, Echarren recibió en Castelli al tigrense y a una gran comitiva de intendentes y legisladores massistas, para una entrega de subsidios. El dato no pasó por arriba, pero no se especuló -en ese momento- con un pase al Frente Renovador. Los tiempos cambiaron y el escenario también: ¿Echarren tiene futuro en el massismo?