La post pandemia ya empieza a marcar el ritmo gubernamental y de la oposición. A pesar del creciente número de contagios en los barrios más vulnerables del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y de las diferentes posturas públicas que han mostrado los gobiernos bonaerense y porteño en cuanto a la salida del aislamiento social, la discusión ya está planteada.
Es así como el presidente Alberto Fernández está tratando de establecer una agenda por fuera de la pandemia, y que se alimenta de fotos en el territorio bonaerense que tienen que ver, sobre todo, con la puesta en marcha de fábricas, de obras de inversión, y de toda actividad que muestre un Gobierno preocupado y ocupado en la producción y el empleo.
Pareciera que se retomó la agenda económica que la oposición macrista comenzó a plantearle semana atrás, y ahora es el propio Ejecutivo el que buscará la centralidad del debate a la salida ordenada de la cuarentena.
En este contexto, es quizás el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, quien la tiene más complicada. Se encuentra en una situación de tensión con su par porteño, Horacio Rodríguez Larreta, que amaga con ablandar la cuarentena en la CABA, y con el mismo interior de la Provincia, donde los intendentes le reclaman mayor autonomía para decidir sobre la flexibilización de algunas actividades comerciales, y la realidad de los barrios más vulnerables del GBA, que es hoy una bomba a punto de estallar.
En rigor, una cuarentena que viene siendo política e imprudentemente “agujereada” por distintos actores de la oposición, junto a operadores mediáticos, que alimentaron un crecimiento del malhumor social. Así lo entienden en la gobernación de calle 6.
La cuarentena obligatoria se levantó de hecho en amplios sectores del Conurbano y no son pocos los comercios que levantaron sus persianas y volvieron al trabajo como viene ocurriendo en La Plata.
Ante eso y tal vez empujado por la rebelión de intendentes de Juntos por el Cambio por sumar una posición anticuarentena vecinal y hasta la amenaza de dejar de respetar el aislamiento comercial para reactivar la economía, el gobernador se inclinó por una “mayor apertura” de la cuarentena en los municipios del Interior bonaerense que tienen “nula o escasa circulación” del virus.
El exabrupto del ministro de Salud, Daniel Gollan, días atrás, sobre la posibilidad de que la tasa de contagios y de muerte se vaya de las manos y en dos semanas colapse el sistema sanitario, a pesar de la dureza de la expresión, puede que no esté muy lejos de la realidad. Pero también es cierto que en esos sectores donde el virus parece haber hecho foco, la necesidad de poder salir a trabajar es más necesaria aún.
Está claro que para mantener la olla, se necesitan recursos, que hoy son escasos. Pero, al decir de algunos polítólogos, en toda crisis hay una oportunidad. Y ésta quizá sea la ocasión para que la Provincia pueda plantear, con cierto grado de viabilidad, el injusto reparto por coparticipación, además de otras reformas que se vienen hablando desde hace años, como el de las jubilaciones.
Días atrás, el titular del Instituto de Previsión Social (IPS), Eduardo Santín, fue hasta la Cámara de Diputados para explicar la situación por la que atraviesa el organismo bonaerense encargado de las jubilaciones, y a la par que descartó la posibilidad de una armonización con la Nación, esbozó algunas ideas de reforma, sobre todo en el tope de edad jubilatoria.
Y también se planteó en la Legislatura un “impuesto a la riqueza bonaerense”. Desde el oficialismo tienen la idea de aumentar el porcentaje del cobro de Ingresos Brutos, para ciertas actividades con alta rentabilidad, como lo son las transacciones financieras bancarias, proveedores de internet y firmas de insecticidas, plaguicidas y productos de uso agropecuario.
El presidente de la Cámara de Diputados, Federico Otermín confirmó que se “cocina” un proyecto de ley para subirle hasta un 12% la alícuota del impuesto de Ingresos Brutos a los bancos ante la caída de la recaudación. El justificativo es crear un fondo especial para financiar los gastos extraordinarios en materia de salud e infraestructura sanitaria.
Pero también en ese contexto, desde algún sector opositor se le reclama “austeridad” al Ejecutivo. En los subsuelos de la Legislatura anda dando vueltas un proyecto de solicitud de informes que cuestiona el desembarco de “conocidos” comunicadores kirchneristas al medio de comunicación estatal bonaerense, en momentos donde la Provincia debería administrar sus recursos presupuestarios ante la actual coyuntura sanitaria.
Aseguran en las diagonales que la diputada del Frente de Todos Florencia Saintout se reunió varias veces con el nuevo director de Radio Provincia, Marcelo Figueras, el animador de Cristina Fernández durante la presentación de su libro “Sinceramente”.
Fiel al estilo “picante” de su jefa política Elisa Carrió, el diputado Luciano Bugallo no dejó pasar la novedad y preguntó públicamente por la “llegada de militantes contratados” para la nueva programación de la radio pública de la PBA en medio de la pandemia.
Por Ricardo Salas
Fuente: lanueva.com