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Cronos Noticias » En Foco » 24 dic 2016 12:25

¿Qué dejó la negociación del Presupuesto 2017

La división del peronismo, otro amague de Randazzo y el éxito de Vidal

La Gobernadora logró cerrar el año con la “Ley de leyes” aprobada. La tropa peronista intentó votar en unidad, pero no lo logró. ¿Qué papel tuvo Florencio?


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Cronos

Por Cronos

María Eugenia Vidal ya se alista para celebrar Navidad y Año Nuevo. No es para menos, logró aprobar el Presupuesto 2017 sin grandes sobresaltos, tal y cómo lo habían planificado en Gobernación y además, vio como el peronismo no logra mantener la unidad. El Presupuesto 2017 aprobado es 521.410.794.201 pesos. Así mismo, logró autorización para tomar deuda por 59.500 millones de pesos, de los cuáles 51.000 millones de pesos estarán destinados para la financiación de obras, mientras que 8.500 millones de pesos serán coparticipados a los distritos, en acuerdo con los alcaldes bonaerenses. El pedido original de endeudamiento fue superior a los 90 mil millones de pesos. Hay una baja importante, pero estaba dentro de los planes de Calle 6. “El monto fue para negociar, es parte de la política”, afirmó ante CRONOS una fuente de la primera plana de Gobernación.

Pero el foco de las últimas semanas se posó sobre el peronismo y sus divergencias. ¿Lograrían plasmar la unidad y votar en conjunto el Presupuesto y Endeudamiento? ¿La Cumbre de Lobos de finales de octubre fue el principio de un nuevo camino? Todo este mes y medio el peronismo fue el actor protagónico opositor. Las diversas cumbres de alcaldes, las reuniones en la Legislatura, las fotos de “unidad” donde se juntaban todos los bloques de la Legislatura (FpV, FpV-PJ, Peronismo para la Victoria-FpV y el unibloque Peronismo Bonaerense de Diputados y FpV, Bloque PJ, Bloque Peronista del Senado), y los espacios de intendentes como Grupo Esmeralda, Grupo Fénix, El Establo y el Instituto Patria, anunciaban que iba a cobrar vida el viejo axioma peronista: “Todos unidos triunfaremos”.

La puja de negociaciones estaba centralizada en el monto de Endeudamiento, al que el peronismo calificó de “monstruoso”, también en el sillón de la Defensoría del Pueblo. Pero las postales conjuntas eran sólo para los portales periodísticos. Por lo bajo el “negociador unilateral”, Martín Insaurralde, negociaba por su lado con el jefe de Gabinete, Federico Salvai. Según pudo saber CRONOS, el lomense puso sobre la mesa el Plan B ante cualquier contingencia: darle los votos a Cambiemos que le faltaban para completar los dos tercios. El esquema apuntaba a contar con la mitad de los votos del bloque FpV-PJ (llamados “Los 13”) y la bancada Peronismo para la Victoria-FpV que en las sombras conduce Fernando “Chino” Navarro, aliado territorial del esposo de Jesica Cirio en Lomas de Zamora. Con esa seguridad y con la garantía de los votos del Frente Renovador de Sergio Massa, Vidal y su mesa política contaban con cartas de ventaja sobre la mesa de negociación: el “pacto de gobernabilidad” que gestaron el 2015 para este año, estaba asegurado.

 

Sobre la recta final, asomó Florencio Randazzo, movió el tablero. El lunes 12 de diciembre, en sus oficinas que tiene en el barrio porteño de San Telmo, congregó a todos los sectores del peronismo -inclusive a La Cámpora- para “comenzar con la renovación” y posicionarse como el conductor del peronismo. Así, envió a una nutrida comitiva a pedirle al ministro de Gobierno, Joaquín De la Torre la Vicepresidencia de Diputados, que según el “pacto de gobernabilidad” de Vidal-Massa, le correspondía a un massista en el sistema de rotación con Cambiemos. El mandato de Randazzo, avalado por varios legisladores y algunos recelos (en especial en Los Esmeralda), agitó el tablero, ya que rompía -en el último tramo de la negociación- el esquema que venían manejando desde Calle 6. “No lo vemos posible”, fue la primera reacción desde Gobernación. En lo concreto, Vidal nunca pensó en romper con Massa y sacarle la Vicepresidencia de Diputados. Incluso, desde la mesa política del “vidalismo” se mostraron molestos con la intervención de Randazzo y mediante emisarios le hicieron llegar esa sensación. Además, los alcaldes, le pidieron a De la Torre generar la inclusión del Programa FINES, el pedido expreso de no fusionar la Policía Local con la Policía Comunal, no sacarle a los distritos efectivos policiales para enviarlos al Operativo Sol. También pidieron aumento de transferencias a los Municipios, cumplimiento de las cuotas restantes de los Fondos de Infraestructura y Seguridad de este año y la cancelación de la deuda del PAMI 2015, como así volumen coparticipable del Fondo Sojero y el de los impuestos de Juegos de Azar, para que tengan correlato en la distribución con el territorio. “Podemos juntar 37 votos, el número lo tenemos nosotros, hay que hacerlo valer”, era la reflexión generalizada de varios intendentes y legisladores que soñaban con un peronismo unido, bajo la sombra de Randazzo. El tema que mayor resquemor dejó fue el pedido de la Vice, que incluso, generó tensión entre Randazzo e Insaurralde.

Pero Randazzo lo hizo otra vez. Ante el fracaso del pedido de la Vicepresidencia y la falla al intentar ordenar a la tropa y unirla en un solo objetivo, Florencio se corrió (algunos dicen que varios alcaldes lo corrieron) de las negociaciones y delegó el mando en los intendentes Gabriel Katopodis (San Martín) y Juan Zabaleta (Hurlingham), ambos referentes del Grupo Esmeralda. Por lo bajo, los sectores que más reniegan del kirchnerismo deslizaron que el ex ministro del Interior y Transporte de Cristina, tenía “mucho kirchnerismo” en sus actitudes.

Con Randazzo corrido de la escena, el peronismo intento salvar la unidad a toda costa. Es así, que el miércoles 21 (día de sesión en Diputados y Senadores para tratar Presupuesto), todos los espacios del peronismo se congregaron en una gran cumbre en el Hotel Corregidor de La Plata, ubicado a pocos metros de Gobernación y a una plaza de la Legislatura. Desde antes del mediodía, intendentes, legisladores, como ex intendentes y ex legisladores de todos los espacios internos, entraron y salieron del Salón Principal del Hotel, negociando, llamando por celular, analizando papeles y opciones. Fueron muchas horas de reuniones, charlas, enojos, cafés, idas y venidas. Las negociaciones estuvieron a cargo de Insaurralde, Katopodis, Zabaleta por el Grupo Esmeralda y Verónica Magario (La Matanza) y el titular del PJ bonaerense, Fernando Espinoza por el Grupo Fénix. Hubo momentos de tensión, como en la acalorada charla que mantuvieron Katopodis y Espinoza por el pedido del Plan Fines.

Pero la máxima tensión se dio cerca de las  16 horas, cuando arribaron al Hotel Corregidor los diputados nacionales y referentes de La Cámpora Eduardo “Wado” De Pedro y Andrés “Cuervo” Larroque. Los camporistas llegaron con un pedido expreso de Máximo Kirchner: la Defensoría del Pueblo para Fernanda Raverta. El pedido caló hondo en la cumbre peronista, ya que el acuerdo que gestaron los intendentes con Gobernación era que el ex legislador, Guido Lorenzino sea el designado para ocupar ese sillón.  El mandato de Máximo era “inamovible”.  En ese tono, rápidamente se improvisó una mini cumbre en el primer piso del Hotel Corregidor para destrabar el asunto: Insaurralde, Zabaleta, Katopodis, Espinoza, De Pedro y Larroque negociaron a puertas cerradas por casi tres horas. En medio de la reunión, se sumó el senador camporista Santiago Carreras.

 

La postura de los intendentes fue contundente, no darle la titularidad de la Defensoría del Pueblo a Raverta, pero si ponerla como Adjunto, figura que nació en las negociaciones de este año. No fue suficiente. En medio de arduos llamados telefónicos, la palabra de Máximo fue contundente: no se aceptaba otra cosa que no sea la titularidad de la Defensoría. Bajo ese tenso escenario, Máximo ordenó a los legisladores de La Cámpora que no acompañen con su voto la Ley del Defensor del Pueblo, el Presupuesto 2017 y la Ley Impositiva. El anuncio generó enojo y malestar en el resto del peronismo. Pero también en los bloques del FpV en Diputados y Senadores, que en su gran mayoría están compuestos por camporistas, pero también por kirchneristas de paladar negro. La unidad del perorismo comenzaba a diluirse. Pese a las internas, a los pedidos rechazados, los que fueron al Hotel Corregidor querían votar todos en unidad.

Dato no menor, el mandato de Máximo fue sólo para los integrantes de La Cámpora, para el resto de los integrantes se dio “libre albedrio”. Es así que en Diputados del FpV, Juan José Mussi, Aníbal Regueiro, Marcelo Torres, Marisol Merquel y Karina Nazábal votaron en favor de las tres leyes mencionadas, mientras los camporistas votaron en contra. En la bancada del FpV del Senado, la trama se tornó más tensa. Según pudo reconstruir CRONOS, varios senadores no camporistas mostraron su enojo ante la decisión de votar distinto al resto del peronismo, pero decidieron hacerlo solo es “pos de la unidad del bloque”.

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