La dura derrota de Cambiemos en las elecciones PASO del 11 de agosto dejó aún más en evidencia las diferencias entre la Casa Rosada y los dirigentes del macrismo puro con aquellos que responden a María Eugenia Vidal.
La primera muestra de los roces internos fue la conferencia de Mauricio Macri el lunes inmediato después de las primarias. El Presidente se mostró molesto y enojado con el voto de la gente, mientras que la Gobernadora ensayó un discurso más autocritico y de escucha a los vecinos.
A los pocos días, Macri dio una nueva conferencia de prensa y dio marcha atrás con esa postura inicial, pidió disculpas y aseguró que “entendió” a los votantes.
Sin embargo, tras la plaza del #24A, en la que cientos de votantes de Cambiemos se movilizaron en Capital Federal y en otras puntos del país para darle su apoyo al Presidente, los roces volvieron a tomar fuerza.
Es que, según pudo saber CRONOS, en el vidalismo aún hay disconformidad por la lectura que hizo Macri del escenario y su saludo en el balcón de La Rosada. Según trascendió en ese momento, el Presidente tomó solo la decisión de salir a saludar, a pesar de las disyuntivas que había en su equipo de comunicación.
De acuerdo a lo que este portal pudo saber, el vidalismo cree que la decisión de Macri demostró que el Jefe de Estado no escuchó el mensaje de las urnas y continúa hablándole únicamente al voto duro del macrismo.