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Corren días de tensión y ansiedad sobre las negociaciones en torno al Presupuesto 2017 y el Endeudamiento millonario que requiere María Eugenia Vidal. Se sabe que Gobernación no sólo necesita del Frente Renovador para sumar los votos y aprobar la llamada “Ley de leyes”. Los votos del peronismo y sus distintos bloques son vitales para sancionar la ley. “Mariu” necesita dos tercios de los votos de los 92 diputados y de los 46 senadores que integran la Legislatura. En la Cámara Alta, la Gobernadora tiene 16 escaños propios más dos senadores aliados. El massismo cuenta con nueve. Con esa cuenta, sólo le faltarían tres senadores para llegar a los 31 necesarios, siendo este el recinto menos conflictivo. En la Cámara Baja -el escenario más complicado–, Vidal tiene 30 escaños (28 propios, más 2 aliados) de los 92 que totales, con la posibilidad de sumar uno más. Massa controla 24 (20 propios, más aliados). La suma de un acuerdo deja a Vidal cerca de juntar los dos tercios que se completan con 62 votos. La suma de alianzas hace que se encuentre cerca del objetivo, pero no son suficientes. Para lograr los dos tercios sí o sí requiere del peronismo o al menos una parte.
Desde Calle 6, por un lado, confían en que el “pacto de gobernabilidad” con Sergio Massa muestre su último punto a cumplir con el apoyo de los bloques massistas en ambas Cámaras. Con un peronismo siempre explosivo, la negociación es más compleja. La idea de la mesa política de Vidal es fraccionar al peronismo.
Desde la Cumbre de Lobos que los intendentes peronistas plasmaron a finales de octubre, la búsqueda de “unidad” fue un propósito que se intentó cimentar. La postal de referentes del Grupo Fénix, Grupo Esmeralda, El Establo e Instituto Patria, parecía anunciar que comenzaba la reorganización tras las severa derrota del 2015. La foto donde confluyeron los alcaldes Verónica Magario (La Matanza), Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), Jorge Ferraresi (Avellaneda) y Ricardo Casi (Colón), era una muestra de esa naciente unión. De ahí se conformó la “Mesa de Unidad” para discutir el Presupuesto 2017 y Endeudamiento que pidió Vidal. Tras ese cónclave, muchas fueron las cumbres entre intendentes, como así en la Legislatura con diputados y senadores de los varios bloques que se desprendieron del FpV (Senado: FpV, Bloque Peronista y Bloque PJ. Diputados, FpV, FpV-PJ y Peronismo para la Victoria).
El peronismo unido, mostrando los colmillos, disputando poder, siempre es preocupación para cualquier espacio que domina el poder. Sin embargo, la semana pasada comenzaron a suceder cosas que sacudieron el tablero. Según algunas versiones periodísticas, emisarios de la Gobernadora y alcaldes del peronismo acordaron reducir el pedido de endeudamiento a 52 mil millones de pesos, como así la constitución de un Fondo para Infraestructura específico para los Municipios de cerca de 8 mil millones de pesos. La novedad repercutió por todo el ambiente político-periodístico, pero a las horas irrumpieron otras versiones. Broncas, discrepancias y molestias se adueñaron de los despachos de todo el arco peronista.
En la Legislatura, en varias oficinas de diputados, varios legisladores no dudaron en mostrar su malestar ante la novedad del “acuerdo”. Apuntaron contra las negociaciones de “forma unilateral” que estaban llevando adelante los intendentes con los funcionarios de Vidal. Sucede que hay bloques como el FpV (que aglutina a La Cámpora y al kirchnerismo duro) y como el FpV-PJ, quienes en lo formal pretenden bajar más el monto de endeudamiento, incluso hasta los 45 mil millones de pesos.
La cifra de 52 mil millones “acordada”, generó mucho malestar. Muchos legisladores bramaron bronca y dejaron en claro que “ese no va a ser el número final” y, en voz baja, dejaron trascender que no están dispuestos a apoyar en el recinto ese monto. Incluso, los ecos de una frase retumbaron por toda la Legislatura: "Los intendentes no nos van a llevar de los pelos".
Con ese clima, un día antes de la sesión del miércoles 30 de noviembre, un grupo de intendentes se reunió con el ministro de Gobierno, Joaquín De la Torre, quien fue enviado especialmente por el jefe de Gabinete, Federico Salvai para cerrar las negociaciones. Los alcaldes que asistieron al encuentro fueron Magario del Grupo Fénix; Gabriel Katopodis de San Martín e integrante del Grupo Esmeralda; Hugo Corvatta (Saavedra); Alfredo Fisher (Laprida); Alberto Descalzo (Ituzaingó) y Francisco Durañona (Areco), más los presidentes de los bloques de diputados y senadores del peronismo.
Dato para nada menor, según pudo saber CRONOS, varios intendentes que fueron a ese cónclave aseguraron que “no se habló de ningún monto de endeudamiento” y que se enteraron de los “los 52 mil millones” por los medios periodísticos. “No hubo ninguna propuesta de ninguna de las partes sobre la mesa”, confesó un alcalde. La confusión se dispersó por todo el arco peronista, las dudas se posaron en saber de dónde había salido la versión del “acuerdo” sobre los 52 mil millones.
Las primeras miradas apuntaron a Gobernación como la que generó esa versión. Pero, el panorama de muchos legisladores e intendentes se aclaró cuando se indagó un poco más. Es así que surgió el nombre de Insaurralde, a quien varios ya apuntan y cuestionan por la forma “unilateral” que tiene a la hora de negociar con Calle 6. “Se corta solo”, se quejó un legislador. En distintos cafés y reuniones, varios peronistas sacaron sus conclusiones: “Insaurralde negocia por su lado con Salvai y fueron ellos los que acordaron ese monto”. El análisis que hacen es que Magario y Los Fenix quieren “forzar la unidad” de cualquier forma y “chocan” con el perfil menos “dialoguista” con Vidal. Ese hueco es aprovechado por el lomense, quien le saca brillo a su perfil “dialoguista”. En varios despachos de Gobernación y de la Legislatura, incluso, advierten que Insaurralde “le prometió a Salvai los votos necesarios” para aprobar Presupuesto y el Endeudamiento, con los 52 mil millones del acuerdo.
Con esos datos, según pudo saber CRONOS, la lupa se posa sobre Insaurralde y la verdadera influencia para juntar los votos para que Vidal consiga los dos tercios en Diputados. Fuera de micrófono, varios legisladores se detienen sobre el papel de Florencio Randazzo. Sostienen que el chivilcoyano “aún juega al misterio” y no “no termina de garantizar la contención necesaria”. “Con los intendentes podemos hablar, con Randazzo no se puede hablar”, se quejó un legislador. Además, cuentan que Florencio siempre pone una amenaza en cualquier reunión secreta donde hay tensión: “Si no están de acuerdo con esto, yo me voy a mi casa”.
Bajo ese marco, Insaurralde, si bien juega para que Randazzo sea candidato en 2017, se movió sobre el tablero y comenzó a seducir a distintos legisladores a quiénes se les vence el mandato el año que viene: Promesas de ser una fija en las listas para que renovar banca, son parte de lo que pone el lomense sobre la mesa. Esa promesa, según relatan muchas voces, es tomada en cuenta por varios Diputados y están dispuestos a bajar al recinto para aprobar el Presupuesto y el Endeudamiento de 52 mil millones. Los primeros borradores sostienen que el bloque Peronismo para la Victoria -que en las sombras comanda Fernando “Chino” Navarro- es un “número puesto” para apoyar al oficialismo. Pero el dato explosivo es que Insaurralde tiene de palabra la promesa de la mitad de los integrantes del bloque FpV-PJ que conduce Walter Abarca, quienes en lo formal dicen querer bajar más el Endeudamiento. Si Insaurralde logra dividir las posturas y votación el llamado bloque de “Los 13”, la posibilidad de una nueva fractura del peronismo se hace más posible.
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EN FOCO
Diputados peronistas molestos con sus intendentes por negociaciones de Presupuesto y Endeudamiento
Cierto malestar inundó los despachos de los bloques del aún FpV-PJ en la Legislatura, por las negociaciones que llevan adelante los alcaldes con funcionarios de Vidal.
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