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Cronos Noticias » En Foco » 23 jul 2018 16:12

Bitácoras bonaerenses

Vidal, los aportes truchos, las internas del PRO y el “fuego amigo”

El caso de las irregularidades en la campaña del 2017 caló hondo en la administración bonaerense. “Mariu” tuvo que reaccionar. ¿Qué rol jugaron las internas del PRO que son cada vez más tensas?


  • Vidal, los aportes truchos, las internas del PRO y el “fuego amigo”

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Por Juan Alfaro (ALFA) | @alfajuan

La noche menos pensada irrumpió sobre la Casa de Gobierno bonaerense. Ese fantasma, que deambuló durante semanas en las afueras, se convirtió en un espectro que invadió el lugar y acrecentó todas las sensaciones temerosas. La denuncia por los “aportes truchos” en la campaña de Cambiemos del 2017 se transformó en una ola a la cual subestimaron en demasía en la Gobernación. El caso se conoció hace más de un mes y los efectos siguen vigentes. Tan vigentes, que la gobernadora María Eugenia Vidal tuvo que poner la cara e intentar dar una señal de contundencia sobre el escenario, para bajar el impacto sobre su imagen que, dicho sea de paso, bajó en las mediciones, producto del arrastre de la mala imagen de Mauricio Macri, la inflación y la crisis del dólar. El estallido menos esperado.

En medio del fragor de las denuncias, cuando sólo los medios independientes u opositores a Cambiemos hablaban sobre el tema, la primera explicación de Vidal tuvo un efecto contrario a lo que fue un plan para bajarle el tono a las denuncias. El 12 de julio, en una recorrida por el distrito de General Villegas, “Mariu” fue consultada por los periodistas locales sobre las denuncias. Su respuesta fue aplicada sobre el manual del discurso de Cambiemos que hasta el momento y en otros temas de confrontación sobre el escenario de la grieta, había funcionado. “En estas denuncias que se hicieron sobre algunos aportantes lo que hemos hecho son dos cosas, primero pedir una auditoría sobre esa rendición de fondos dentro del propio frente electoral y en segundo lugar presentarnos ante la Justicia”, dijo la Gobernadora ese día. Y agregó: “Es una denuncia del kirchnerismo, pero no importa de donde venga nos presentaremos y presentaremos todos los papeles”. La respuesta no tuvo el efecto pensado por los estrategas del vidalismo, reducir el caso a una “denuncia kirchnerista” no sirvió para despejar ninguna duda, todo lo contrario. Extraña reacción de Vidal, una política que siempre salió a enfrentar los escenarios adversos, con una contundencia –al menos en el discurso– que hasta el momento había servido para aplacar consecuencias. Movimientos en falso.

Los días siguieron grises sobre el cielo de la Gobernadora, los truenos y tormentas aumentaron su estruendo. Al final, el caso rompió el blindaje que MEV tiene en las corporaciones mediáticas, que no pudieron estar ajenas a un caso que se acercaba tanto a un escándalo. La publicación y condena de los “aportes truchos” en los grandes medios nacionales fue una bofetada para Calle 6, la realidad se hizo presente y el efecto de la magnitud del hecho golpeó de lleno. Vidal tenía que reaccionar, y de forma contundente. Hay versiones que dicen que hubo un pedido expreso de Macri a la mandataria para que “salga a poner la cara” antes de que el jefe de Estado brindase su conferencia de prensa en la Residencia Presidencial de Olivos. Así fue, el día miércoles 18 de julio, en una convocatoria a los medios periodísticos para anunciar un paquete de medidas sociales, la mandataria bonaerense rompió el hilo de los anteriores anuncios y abrió el juego a preguntas de los periodistas. La necesidad era urgente. De rigor, la primera pregunta fue por las denuncias de “aportes truchos”. Vidal dejó sobre la atmósfera una fuerte decisión. Anunció que le pidió la renuncia a la reciente nombrada Contadora General de la Provincia, María Fernanda Inza, uno de los principales nombres salpicados por la denuncia, al ser la tesorera del PRO bonaerense en el 2017. “Ella formó parte del equipo de rendición de campaña, pero más allá de eso hace muchos años trabaja conmigo, la conozco, confío en ella, y no tengo elementos que demuestren su involucramiento en este caso”, aclaró. Además, anunció que si es que es candidata en 2019, todos los aportes de campaña serán bancarizados. Sobre eso, volvió a reiterar lo que anunció en General Villegas seis días atrás: el ordenamiento de una auditoría interna sobre la campaña 2017. La reacción tardía.

El gesto político fue fuerte, Inza no es un nombre menor. Su tránsito en la administración bonaerense estuvo marcado por ocupar lugares claves. Hasta hace menos de 15 días comandó la Secretaría Legal y Técnica, ese área que se ocupa, nada más y nada menos, que de “cuidar la firma de la Gobernadora”. Su nombre también sonó para ocupar una de las sillas del acéfalo Tribunal de Cuentas, ese órgano de la Provincia encargado de monitorear las cuentas de la Provincia y de los 135 distritos bonaerenses. Pero, en un extraño movimiento, desde Calle 6 apuntaron a ubicar a Inza en la Contaduría General, tras la renuncia de Gastón Messineo, el encargado de implementar el “moderno” Sistema Integral de Gestión y Administración Financiera (SIGAF), que por ahora solo trajo dolores de cabeza a la gestión provincial. El nombramiento de Inza fue impulsado por Cambiemos con mucha fuerza, desestimando que su nombre ya estaba implicado en las denuncias por los aportes truchos. En la sesión del 11 de julio, por la mayoría de bancas en el Senado, Cambiemos logró aprobar el pliego de Inza, pese al voto en contra de la oposición. El 13 de julio, Inza firmó en su cargo muy contenta, en compañía del Vicegobernador, el radical Daniel Salvador. El 18, Vidal la echó “preventivamente”. Muchos analistas consideran que con el despido de Inza no se termina la cuestión, sobre todo judicial. Hay argumentos técnicos que, de comprobar la justicia los “aportes truchos”, recaen sobre la responsabilidad directa de la titular del PRO bonaerense, que es nada menos que María Eugenia Vidal. Pronósticos de cielo con nubarrones.

Sobre este delicado escenario surgió una versión muy fuerte del “fuego amigo”. En varios portales periodísticos y en muchos despachos de la Legislatura bonaerense sospechan que “hubo una mano de un alto despacho La Rosada” sobre la causa de los “aportes truchos”. En Gobernación son conocedores de esas versiones fuertes, aunque eligen la cautela, ante la falta de pruebas para comprobar la implicancia. Sin embargo, las miradas apuntan al poderoso jefe de Gabinete de la Nación, Marcos Peña, quien mantiene una feroz interna desde hace meses con el tándem Vidal-Horacio Rodríguez Larreta. En columnas anteriores se mostró cómo la disputa subterránea entre estos sectores tomó temperatura de la mano de la crisis del dólar y sus efectos sobre la gestión de Macri. Se contó cómo Peña bramó contra su par bonaerense, Federico Salvai, a quien acusa en privado de fogonear encuestas para mostrar que la imagen de Vidal superaba ampliamente a la de Macri. Se sabe que en varios despachos de Balcarce 50 y oficinas cercanas dejan trascender que en los últimos meses esa rivalidad se acrecentó. “Larreta hace lo que quiere y Vidal le da cada vez menos bola a Peña”, afirmó una fuente cercana a la mesa chica del PRO. En Calle 6 también se quejan de que “cuando el rey está en peligro de jaque, la reina tiene que salir a protegerlo”. La crisis del dólar acentuó las tensiones, Vidal y Larreta cuestionaron a Peña en los agitados días de mayo, cuando Macri decidió ampliar la “mesa chica de decisiones”. Según diversas fuentes, el caso de los “aportes truchos” también tiene su derivación de esta feroz interna. Dato no menor, fuentes del PRO sostienen que la disputa por el traspaso de Edenor, Edesur y Aysa, con la postura conjunta que tomaron Vidal y Larreta, para negociar con las otras provincias y dejar sobre la mesa una estrategia distinta a la que pretendía Marcos Peña, fue otro motivo que enojó al pluripotenciado jefe de Gabinete. Duelos internos que dejaron sangre.

En Gobernación confiesan que Vidal tuvo su “primera crisis política” con la denuncia por los “aportes truchos”, aunque aseguran que está “lejos de ser un escándalo”. Lo cierto es que el sacudón en la administración bonaerense fue tremendo y los estruendos aún se sienten. Dato a tomar en cuenta. Dentro de la triple corona que ganó Cambiemos en 2015 (Nación-Ciudad-Provincia), el despido de Inza es el primero en darse por un caso de presunta corrupción dentro de un Ejecutivo. Vidal tiene ese privilegio. El otro dato a no dejar escapar es el del “fuego amigo”. Aunque de forma tardía, las corporaciones mediáticas le soltaron la mano a la Gobernadora (así sea sólo por un instante) y el efecto fue muy duro en La Plata. Sobre ese fuego, si hubo una mano o no de La Rosada para fogonear el caso es difícil de comprobar, pero lo cierto es que suma otro capítulo a una interna subterránea que cuando salga a la superficie preanuncia que será muy feroz. Otros aprovechan el escenario y apuntan hacia la forma de hacer política del vidalismo, que se posiciona distinta a la “no política” que promulga Peña. Con el archivo en mano, recuerdan la renuncia del exministro de Infraestructura, Edgardo Cenzón, a fines del 2016, un hombre que se encargó de la recolección de fondos de campaña, al que muchos le señalaban habilidad en el tema y hasta con “formas más prolijas”, y al enfrentamiento que tuvo Vidal y con Emilio Monzó, que enfrió por mucho tiempo acciones en conjunto, sobre todo en tiempos de campaña electoral. El pronóstico sigue abierto y resta ver hasta dónde calará la herida en la gestión de la Gobernadora. Por ahora, queda un interrogante para pensar en la semana: ¿Vidal no sabía cómo se financió la campaña que encabezó en 2017?

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